El Banco Central de Brasil ha asegurado que la caída de la recaudación fiscal del mes pasado ha tenido que ver con estancamiento en el crecimiento económico y los numerosos privilegios que el Gobierno ha concedido para favorecer algunos sectores en crisis. El Banco Central de Brasil ha asegurado que la caída de la recaudación fiscal del mes pasado ha tenido que ver con estancamiento en el crecimiento económico y los numerosos privilegios que el Gobierno ha concedido para favorecer algunos sectores en crisis.
La prensa de la zona se hace eco de ello y comenta que tras el resultado del mes de mayo, el país había acumulado en los primeros cinco meses del año un superávit primario en sus cuentas públicas de unos 14.309 millones de dólares, el segundo peor saldo para el período en doce años.
Habitualmente, el Ejecutivo de Dilma Rousseff se impone metas anuales de superávit fiscal como muestra del compromiso con la responsabilidad en las cuentas públicas y garantizar que cumplirá con el pago de su deuda y los intereses que se generan de la misma.
Tal y como está yendo el año, hay serias dudas de que el Gobierno condiga la meta debido a que el superávit acumulado hasta mayo equivale al 1,52% del Producto Interior Bruto (PIB) y el objetivo del Ministerio de Hacienda es alcanzar en los doce meses del año un ahorro equivalente al 1,9% del PIB.
