Guerra de aranceles entre Colombia y Panamá

La tensión amenaza además con extenderse a otros ámbitos como el de la circulación de personas. Panamá ha respondido con el alza de los aranceles de cuatro productos que llegan desde Colombia como reacción a la extensión que este país hizo de los aranceles a textiles y calzados de la Zona Libre de Colón (ZLC) panameña. Estamos así ante una suerte de guerra comercial que tensa y puede complicar las relaciones bilaterales entre estos dos países.

Así, el Consejo de Ministros de Panamá ha elevado por decreto las tarifas a la importación de de flores, prendas de vestir, carbón mineral y cemento sin pulverizar; a los topes máximos permitidos por las regulaciones internacionales.

En concreto, esto supone que las flores pasan del 15% al 30%; las prendas de vestir del 10-15% al 30%); el carbón mineral del 0% al 15% y el cemento sin pulverizar del 0% al 30%. Unas tarifas que entrarán en vigor el 16 de agosto, de momento, hasta el 31 de diciembre.

No obstante, no afectarán a las empresas de la ZLC, pues los productos que lleguen allí y se reexporten continuarán exentos de impuestos de importación y exportación.

Esta propuesta del Consejo de Ministros se produce tres días después de que Colombia decidiese prorrogar hasta noviembre el arancel mixto a la importación de calzados y textiles de la ZLC, a pesar de que la Organización Mundial del Comercio (OMC) ya falló dos veces en su contra, y catalogó la medida como “discriminatoria”.

Y es pese a que la ministra de Comercio de Colombia, María Claudia Lacouture, ha insistido en que la medida pretende luchar contra el comercio ilícito, el lavado de dinero y el contrabando; en sus falos la OMC ha rechazado estos argumentos.

Por ello, la tensión amenaza con seguir escalando y el Gobierno panameño ya ha señalado que pedirá a su Parlamento la aprobación de un proyecto de ley que establezca también medidas migratorias y tributarias. Así, su intención es la de crear una lista negra de países en la que ese tipo de medidas restrictivas se aplicaría a los Estados que discriminen a Panamá, una alusión que, en este contexto, directamente se ha interpretado como dirigida a Colombia.

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