Los emigrados mexicanos son los que más dinero envían a su país de origen. México es el país que más dinero, 21.300 millones de dólares (15.263,9 millones de euros), ha recibido durante 2010 procedente de los trabajadores emigrados. Una cantidad que supone más del 36% del total de las remesas recibidas en Latinoamérica y el Caribe, que durante el pasado año sumaron 58.900 millones de dólares (42.208,6 millones de euros), según el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo.
Las transferencias que los emigrados han enviado a sus países de origen han aumentado en 2010 un 0,2% respecto al año anterior, fruto de la progresiva recuperación de EEUU, España y Japón, principales destinos de los trabajadores latinoamericanos. Sin embargo, esta cifra, 69.200 millones de dólares (49.589,7 millones de euros), aún no se aproxima a la que se alcanzó en 2008 antes de que comenzara la crisis económica en todo el mundo.
En América Central, como muestran los resultados mexicanos, las remesas han aumentado un 3,1% respecto al año anterior gracias a la mejora del mercado laboral de EEUU.
En los países andinos las transferencias de los trabajadores han bajado un 4,1%, debido a los problemas de los países europeos para salir de la crisis, como es el caso de España, donde residen buena parte de sus emigrados. Aun así Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú se sitúan en puestos destacados de la clasificación establecida por Fomin.
Colombia, con 4.023 millones de dólares (2.882,94 millones de euros), es el segundo país que más dinero ha recibido de sus trabajadores emigrados. En tercera posición se sitúa Perú con 2.534 millones de dólares (1.815,9 millones de euros), seguido de Ecuador y Bolivia con 2.324 millones de dólares (1.665,41 millones de euros) y 964 millones de dólares (690,82 millones de euros) respectivamente.
Brasil, con 4.044 millones de dólares (2.897 millones de euros), es el país que más remesas recibió en Sudamérica. Muy por detrás han quedado Argentina con 886 millones de dólares (634,92 millones de euros), Chile con 820 millones de dólares (587,62 millones de euros) y Paraguay con 723 millones de dólares (518,12 millones de euros)
El envío de dinero que realizan los trabajadores emigrados es una fuente de ingresos de gran importancia para las familias de América latina. Los Gobiernos de los países Latinoamericanos no pueden controlar la recuperación de las naciones donde sus emigrados trabajan, pero si pueden intervenir en la inflación y las políticas cambiarias, que este año han erosionado el valor de las remesas, para que éstas continúen creciendo en 2011.