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David Aguilar

David Aguilar

¡Benditas canciones! Ya saben. Esas bombas de tres minutos que sobrecogen el alma, gracias a la combinación, más o menos, exacta de una melodía memorable y una letra que ‘dice’ algo. Justo como las que hace el artista mexicano David Aguilar. ¡Benditas canciones! Ya saben. Esas bombas de tres minutos que sobrecogen el alma, gracias a la combinación, más o menos, exacta de una melodía memorable y una letra que ‘dice’ algo. Justo como las que hace el artista mexicano David Aguilar.

Dotado de una extraordinaria sensibilidad para el pop, a Aguilar suele bastarle con su voz y un leve acompañamiento de guitarra para obtener el efecto deseado. A veces evocador, a veces melancólico y casi siempre certero.

Heredero de grandes compositores como Silvio Rodríguez, Charly García o Luis Eduardo Aute, Aguilar sabe usar el eco de sus antecesores como una conexión cierta entre su trabajo y la gloriosa tradición de la que forma parte.

Un hilo conductor que le permite, por ejemplo, definirse como un autor ‘desgenarado’, un artista que se sitúa al margen de las etiquetas estilísticas tan en boga. Para el, las canciones son lo primero y todo lo demás llega después.

De modo que se siente igual de cómodo entre boleros, que entre rancheras, baladas o rock and roll. Unas reglas de juego que considera de otra época y a cuyos límites dice no estar dispuesto a someterse.

Y, de momento, con seis discos a sus espaldas, parece haber encontrado la fórmula que quizá le permita conseguirlo. Y como prueba, nada mejor, que escuchar los 17 temas que ha incluido en su último álbum, titulado con su nombre. Un auténtico festín, se mire por donde se mire.

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