El gobierno del presidente mexicano Felipe Calderón ha aceptado la propuesta de Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil, de reducir las exportaciones de automóviles de su país a partir del año 2015. Esta petición brasileña fue gracias el Acuerdo de Complementación Económica Número 55 (ACE 55). El mandatario mexicano acaba este año su mandato, con lo que le deja un dardo envenenado a su sucesor. El gobierno del presidente mexicano Felipe Calderón ha aceptado la propuesta de Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil, de reducir las exportaciones de automóviles de su país a partir del año 2015. Esta petición brasileña fue gracias el Acuerdo de Complementación Económica Número 55 (ACE 55). El mandatario mexicano acaba este año su mandato, con lo que le deja un dardo envenenado a su sucesor.
Brasil está pide una disminución de las exportaciones de coche mexicanos de 147.000 que es lo que actualmente envían a 65.000. Lo que disminuiría el flujo comercial entre ambos colosos latinos en 1.000 millones de dólares (765 millones de euros).
Estas negociaciones se enmarcan dentro de los ajustes de los Tratados de Libre Comercio (TLC) que están manejando los representantes de ambas naciones. La rivalidad por la hegemonía en la región está clara. México fue durante los años 90 el país de moda para las inversiones y el crecimiento, sin embargo ahora el que parece que está ‘en la onda’ del crecimiento es Brasil.
En una carta del 8 de marzo firmada por el canciller brasileño, Antonio Patriota, y el ministro de Desarrollo de Industria y Comercio Exterior, Fernando Damata Pimentel, Brasil pidió a México revisar los parámetros de cuotas, las reglas de origen y el comercio de vehículos pesados, en respuesta a una misiva enviada desde México el 7 de marzo para proseguir los diálogos.