Las acciones tomadas por los responsables brasileños en materia monetaria, con Guido Mantega a la cabeza, han comenzado a hacer efecto. Tras haber elevado el impuesto que encarece las inversiones extranjeras, del 4% al 6%, y el que afecta a las garantías bancarias a los inversores extranjeros en el mercado de futuro, la deuda a 2021 y el real han caído en lo que va de semana. El real se ha depreciado un 1,18% frente al dólar en una sola sesión. Las acciones tomadas por los responsables brasileños en materia monetaria, con Guido Mantega a la cabeza, han comenzado a hacer efecto. Tras haber elevado el impuesto que encarece las inversiones extranjeras, del 4% al 6%, y el que afecta a las garantías bancarias a los inversores extranjeros en el mercado de futuro, la deuda a 2021 y el real han caído en lo que va de semana. El real se ha depreciado un 1,18% frente al dólar en una sola sesión.
El Gobierno brasileño está ganándole, por ahora, la partida a los especuladores. La última acción tomada por el ministro de Hacienda, Guido Mantega, ha sido aumentar el impuesto sobre las inversiones extranjeras, por segunda vez en dos semanas. Desde entonces la tasa ha subido un 200%.
Parece que esta reforma ha conseguido disminuir el valor del real frente al dólar a igual que el precio de la deuda en reales con vencimiento a 10 años. La moneda nacional, que se había fortalecido un 30% en los últimos 18 meses, se ha depreciado en una sesión un 1,18% respecto al dólar, mientras que el día que se puso en marcha la subida de este impuesto, la caída de la divisa fue un 3,38% frente al billete verde.
La deuda, en reales, con vencimiento en 2021 también ha visto cómo ha disminuido su precio. En una sola sesión ha caído medio punto porcentual, de 124,25 a 123,55. La deuda brasileña en dólares tampoco se ha escapado de estos efectos. En una sesión el precio de ésta ha caído medio punto porcentual, hasta 123,55.
Todos estos datos benefician a los exportadores, uno de los sectores que más preocupaba al Gobierno de Lula por la ‘guerra de divisas’. Por ahora, la fortaleza del real había frenado el alza de los outputs, disparando las importaciones. Estos hechos ha reducido el superávit comercial del país comercial en un 36,9% en lo que va de año, hasta los 14.189 millones de dólares (10.246 millones de euros), según cifras oficiales.
Brasil está realizando diferentes acciones desde que observó que el real se estaba apreciando más de lo deseado por el Gobierno. El pasado mes de septiembre, tras la oferta de acciones de Petrobras, considerada la mayor operación de este tipo, Lula dio permiso al Fondo Soberano de Brasil para que compre todos los dólares que pudiera. Desde entonces, este organismo ha trabajado diariamente en la adquisición de billetes verdes.
Tras ésta acción, el Ministerio de Hacienda ha aplicado dos veces, en dos semanas, la misma técnica: aumentar el impuesto de las inversiones extranjeras, desde el 2% hasta el 6% actual. Pero además, esta última vez también ha aumentado en impuesto que afecta a las garantías bancarias a los inversores extranjeros en el mercado de futuro.
No sabemos cómo terminará esta ‘guerra’, pero por ahora, el primer asalto es para Brasil.
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Brasil le gana un asalto a los especuladores
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