Sostiene Andrés Sudón que algunas canciones tienen el poder de sanar el alma. Si acaso esa idea fuera cierta, asistir a uno de los conciertos que suele ofrecer este activista de la canción de autor es uno de los mejores bálsamos disponibles en estos tiempos oscuros. Sostiene Andrés Sudón que algunas canciones tienen el poder de sanar el alma. Si acaso esa idea fuera cierta, asistir a uno de los conciertos que suele ofrecer este activista de la canción de autor es uno de los mejores bálsamos disponibles en estos tiempos oscuros.
Son momentos de mudanza, desconfianza en el otro y naufragios colectivos, sobre los que brilla, como esa esperanzadora luz al final del túnel de la que tanto se habla, el resplandor del poderoso cancionero de este artista, capaz de observar con perplejidad lo que le rodea y hacerse las preguntas adecuadas.
Hace un año, Sudón puso en el mercado ‘Consciencia’, su último álbum, uno de los mejores discos de la canción de autor reciente. Y, desde entonces, anda presentándolo por los escenarios de algunos clubes madrileños que se benefician de su presencia.
Ayer mismo, el artista estuvo tocando en ‘La Fidula’, el clásico de la madrileña calle Huertas que ha iniciado una interesante etapa. Otras veces quizá se le pueda encontrar en Libertad 8, o en cualquiera de las sesiones de micro abierto que ha puesto en marcha y también frecuenta.
Créanme, se harán un gran favor a ustedes mismos si se conceden la oportunidad de escuchar lo que Andrés Sudón tiene que decirles. Despues, tal vez comprenderían mejor lo que les pasa o, simplemente, recuperarían el gusto por regalarle a su oído el placer que suele conseguirse gracias a las buenas canciones.
Y son muchas las que ha compuesto este artista a lo largo de su carrera. Piezas inolvidables, como ‘Sobrenatural’, ‘Lo Nuestro es Llover’, ‘Amores Indoloros’, ‘Agua de Limón’ o ‘Con Naturalidad’, ese retrato desolador y certero de las incertidumbres que nos afectan y no deberían paralizarnos.
