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Alba Molina

Con sólo dos años, en 1980, Alba Molina apareció por primera vez en la portada de un disco. Fue en ‘Al Alba Con Alegría’, el álbum que sus padres, los imprescindibles Lole y Manuel, quisieron dedicarle, tras haber detenido temporalmente su carrera para dedicarse a ella. Con sólo dos años, en 1980, Alba Molina apareció por primera vez en la portada de un disco. Fue en ‘Al Alba Con Alegría’ , el álbum que sus padres, los imprescindibles Lole y Manuel, quisieron dedicarle, tras haber detenido temporalmente su carrera para dedicarse a ella.

El antecedente, por supuesto, marco inevitablemente el ritmo vital y profesional de Alba, nieta también de ’La Negra’ y parte de una saga flamenca, la de los ‘Montoya’, que se enredó en los sabores desconocidos del ‘mestizaje’ gracias a Manuel Molina, un tipo con pedigrí rockero que había tocado la guitarra con los Smash .

Antes de que el ‘flamenkito’ y las rumbitas pseudoecologistas de algún que otro ‘perro flauta’ de salón, nos amargaran la vida, el cancionero defendido por Lole y Manuel nos demostró que el ‘duende’ también podía traspasar los restringidos muros de las juergas de los señoritos y los festivales para puristas carpetovetónicos.

Era un repertorio mágico, que convertía en un puro hechizo sonoro la maravillosa voz de Lole y que arropaba con cariño Manuel, un guitarrista poco ortodoxo, pero muy efectivo que mimaba las melodías y les inyectaba una energía pocas veces vista en los ambientes modernos de una época también marcada por la palabra cambio.

Después todo se complicó, la pareja terminó por separarse y aquellos sonidos balsámicos casi fueron olvidados. Aunque nunca del todo, claro. Y mucho menos por Alba, que fue construyendo su carrera el territorio fronterizo de los mestizajes con iniciativas como ‘Las Niñas’ o ‘Tu Cara’, de espíritu innovador y vocación transversal.

Ella, que ha cantado muchas veces las grandes canciones de sus padres -a veces, incluso acompañada por ellos-, se ha atrevido ahora, un año después de la muerte de Manuel, a grabar un precioso disco, titulado ’Alba Molina Canta a Lole y Manuel’, en el que recrea ese repertorio inolvidable con la ayuda del guitarrista José Acedo. Escúchenlo, señores y señoras. Y no se repriman si se les escapa alguna lágrima.

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