En Brasil, nueve estados decretaron la emergencia y las autoridades implementaron una campaña de vacunación, mientras que en Perú, 20 de los 24 departamentos del país declararon la emergencia sanitaria a causa del dengue.
Argentina también ha visto un incremento de casos.
De acuerdo al Boletín Epidemiológico Nacional número 694, el último publicado por el Ministerio de Salud argentino, desde la semana 1 a la semana 9 de este año se notificaron 78.606 casos de dengue, 18 veces más que en el mismo período de 2023, cuando se registraron 4.317 casos.
En Uruguay, el ministerio de Salud informó sobre la circulación viral de la enfermedad, aunque todavía registra pocos casos y ningún fallecimiento, mientras que las autoridades ecuatorianas consignaron que en lo que va de este año más del doble de contagios que en el mismo período del año anterior.
Según los últimos datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), publicados el 7 de marzo, entre las semanas epidemiológicas 1 y 8 se reportaron 1,87 millones de casos sospechosos en las Américas, es decir, un aumento del 249 por ciento en el mismo período de 2023 y del 354 por ciento respecto al promedio de los últimos cinco años.
Además, en esas semanas se registraron 422 muertes en toda la región, según este reporte.
«Lo que estamos viendo que está pasando en algunas zonas es que hay presencia de casos durante todo el año. Entonces no se produce esa baja de casos y después vuelven a aparecer, sino que tenemos una circulación permanente de casos, digamos, endémicos», explicó a la Agencia Sputnik la ex viceministra de Salud de Argentina, Sandra Tirado.
El dengue, una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, aparece mayormente en los meses de calor, pero el comportamiento actual del clima ha cambiado los patrones.
Según expertos en enfermedades tropicales, el aumento de la temperatura debido al cambio climático, el cambio en las temporadas de lluvia y sequías tienen efectos directos sobre las poblaciones de mosquitos.
El Aedes aegypti es un mosquito que no está acostumbrado a las temperaturas bajas, pero en América Latina se ha visto un cambio en su resistencia, según Tirado.
«Antes, con una determinada temperatura ya no había presencia del mosquito y ahora se está viendo que también se está acostumbrando a temperaturas un poco más bajas», explicó la exfuncionaria, quien también fue secretaria de Acceso a la Salud en el Ministerio de Salud de su país, es pediatra y actualmente trabaja en la provincia de Tucumán.
Pero también si la temperatura se mantiene alta o templada, el mosquito sigue circulando, ya que las características necesarias para su expansión no sufren modificaciones.
«Tiene que ver con qué zonas, por ahí subtropicales, se están comportando más como zonas tropicales y esto hace que el vector permanezca todo el tiempo y por eso tenemos casos permanentemente, entonces no se produce esa baja en el invierno (…) Sí, por supuesto que el cambio climático tiene que ver», explicó Tirado.
El fenómeno climático El Niño ha causado más lluvias e inundaciones, así como temperaturas más altas en parte del continente en los últimos meses, características esenciales para la reproducción del mosquito.
Brasil suma más de 1,3 millones de casos sospechosos en lo que va del año, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Salud, correspondientes al pasado viernes; además, se registraron 363 muertes y otros 763 fallecimientos son investigados.
El Gobierno del gigante sudamericano lanzó una campaña de inmunización con una vacuna japonesa para niños y preadolescentes, pero la respuesta ha sido lenta. Las autoridades recomendaron el viernes ampliar la edad de cobertura desde los 11 a los 14 años.
En Perú, en apenas dos meses de este año los casos casi que triplicaron el total del año pasado. Más de 46.000 personas se contagiaron de dengue y 53 fallecieron, frente a 25 de todo el 2023.
El Centro de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de Perú dijo a principios de mes que la epidemia de dengue podría extenderse hasta junio debido a las altas temperaturas que persisten hasta después del verano austral.
Las autoridades de toda la región han instado a la población a extremar los cuidados, ya que si bien la enfermedad no se transmite de persona a persona sí se contagia si un mosquito pica a alguien que tiene el virus en la sangre y luego a otra persona.
Además, como el virus tiene diferentes serotipos, existe la posibilidad de que formas más graves de la enfermedad, como el tipo hemorrágico, pueda afectar a personas con comorbilidades y resultar mortal.
El mosquito es peridomiciliario, es decir, no vuela lejos del criadero, por ello hay que eliminar todos los lugares donde se puede desarrollar dentro y fuera de la vivienda.
Además, el Aedes aegypti no solo transmite dengue, sino una serie de enfermedades con graves efectos secundarios o potencialmente mortales.
«Este mosquito, este vector, no solo transmite dengue, también zika, chikungunya, que si bien no tenemos ahora circulación, también están estas otras enfermedades que son similares. Hay que pensar que estamos en esta situación de cambio climático y que estas enfermedades están presentes y van a seguir estando», concluyó Tirado.
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