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Coronavirus

Bachelet pide a los países de América Latina permitir el retorno tras el incidente con bolivianos en Chile

Recuerda que los enfermos de coronavirus necesitan cuidados, "no que las conviertan en víctimas del odio".

Michelle Bachelet

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha pedido este miércoles a los gobiernos latinoamericanos que permitan regresar a los nacionales que se han quedado varados en otros países por el cierre de fronteras provocado por la pandemia de coronavirus, tras el incidente registrado en Chile con ciudadanos bolivianos.

«En virtud del Derecho Internacional, toda persona tiene derecho a regresar a su país de origen, incluso durante una pandemia», ha dicho la ex presidenta chilena, instando a los gobiernos de la región a hacer todo lo posible para «garantizar el regreso seguro, digno y voluntario de sus ciudadanos, así como su reincorporación sostenible a la sociedad».

Bachelet ha puesto el foco en «los migrantes que desean regresar voluntariamente a sus hogares», subrayando que «los gobiernos tienen la obligación de recibirlos y de velar por que tengan acceso a la atención sanitaria y a otros derechos».

A este respecto, ha llamado la atención sobre el hecho de que, «en términos generales, son los migrantes más pobres que tratan de volver a casa a través de las fronteras terrestres tras haber sido privados de sus ingresos a causa de las medidas de confinamiento quienes se ven impedidos de regresar».

En consecuencia, la jefa de Derechos Humanos ha advertido de que, «si los gobiernos no lo hacen, colocan a los migrantes en situaciones de extrema vulnerabilidad, en particular durante la actual pandemia de Covid-19».

También ha exhortado a los gobiernos a «incluir a todos los migrantes, cualquiera que sea su estatus migratorio, en los planes de prevención, respuesta y recuperación del Covid-19 y velar por que dispongan de acceso equitativo a la información, a los test, a los cuidados sanitarios y a la protección social».

INCIDENTE EN CHILE

Bachelet se ha referido expresamente al incidente ocurrido la semana pasada, cuando cientos de ciudadanos bolivianos intentaron la frontera a la altura de Colchane, en el lado chileno, dando lugar a un enfrentamiento con los militares que resguardaban la línea limítrofe.

El Gobierno interino de Jeanine Áñez ha atribuido el estallido de violencia a un supuesto intento de simpatizantes del MAS del ex presidente Evo Morales de desestabilizar al nuevo Ejecutivo. El alcalde de Colchane, Javier García, ha apuntado en cambio a la precaria situación de los ciudadanos bolivianos, entre otras cosas, por «la carencia de alimento».

La oficina de Bachelet ha indicado que como consecuencia del cierre de la frontera eñl pasado 26 de marzo «unos 1.300 bolivianos –incluyendo ancianos, niños y mujeres embarazadas– que trataban de regresar a su país quedaron varados en el lado chileno de la frontera, donde cientos de ellos tuvieron que dormir a la intemperie, con poca agua y comida, y con temperaturas inferiores a cero grados centígrados».

Ambos gobiernos han llegado esta semana a un acuerdo por el cual los bolivianos que deseen regresar a su país serán trasladados a un campamentos especial en la ciudad chilena de Iquique, donde guardarán cuarentena, hasta que puedan ser enviados al campamento para retornados de Pisiga, en Bolivia, actualmente sin plazas, donde pasarán una cuarentena menor, de unos siete días.

«Eso no tenía por qué haber ocurrido», ha dicho Bachelet, lamentando que «migrantes que han tratado de cruzar las fronteras en otros lugares de la región para retornar a sus hogares han sufrido problemas similares y algunos de los que han logrado regresar han sido objeto de hostilidad, discriminación e incluso de actos de violencia».

«Me aflige ver que la pandemia de la COVID-19 está causando estigmatización y discriminación, tanto entre estados como dentro de ellos, en muchas regiones del mundo», ha declarado la Alta Comisionada.

«Las personas que han contraído la enfermedad necesitan que les presten atención médica, no que las conviertan en víctimas del odio y el rechazo», ha defendido, incidiendo en que «todos los países, tanto los de origen como los de destino, tienen la obligación de respetar, proteger y garantizar los Derechos Humanos de los migrantes».

No obstante, al mismo tiempo ha aplaudido la cooperación entre La Paz y Santiago para resolver el problema. «Esta situación demuestra la importancia de que los países puedan prever estos problemas o los solucionen rápidamente, a fin de evitar sufrimientos innecesarios», ha destacado.

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