La Ley de Bono de Alimentación y Medicamentos para Jubilados y Pensionados, propuesta por Miguel Pizarro (MUD) fue aprobada ayer en segunda discusión, pero la bancada del PSUV salvó su voto. Tirando la piedra para después esconder la mano, los chavistas argumentaron que siempre estarán a favor de lo La Ley de Bono de Alimentación y Medicamentos para Jubilados y Pensionados, propuesta por Miguel Pizarro (MUD) fue aprobada ayer en segunda discusión, pero la bancada del PSUV salvó su voto. Tirando la piedra para después esconder la mano, los chavistas argumentaron que siempre estarán a favor de los abuelos, pero que en medio de esta crisis, no hay plata para esto.
Es verdad que en el mundo hay un hondo debate sobre la nueva escalada de las izquierdas, versus el renacimiento del capitalismo de entre sus cenizas. A los extremos del neoliberalismo, hasta los más acérrimos neoliberalistas le tienen miedo. Habría que preguntar a la extrema izquierda, si teme también exagerar al extremo su prédica pauperista.
Cuando se negó la prórroga del Decreto de Emergencia Económica, el jefe de la bancada del PSUV, diputado Héctor Rodríguez, tachó a la oposición de “miserable”, y declaró a KonZapata de este tenor: “Cualquier país con la emergencia que nosotros tenemos, con la baja de más de 80% de los ingresos, hubiese aplicado políticas neoliberales: disminución de sueldos y salarios, disminución de pensiones, despido masivo de profesores y maestros. Nosotros hemos asumido esto priorizando al ser humano, y no hemos parado ninguna política social”.
No deja de sorprender, ergo, que un compañero suyo de bancada, el diputado Ricardo Sanguino, argumente que –él mismo se ha preguntado, ¿cuál crisis?- en medio de una crisis económica como la actual, no hay recursos del Estado para aprobar la Ley de Bono de Alimentación y Medicamentos para Jubilados y Pensionados, promovida esencialmente por el diputado Miguel Pizarro (MUD).
La meta es habilitar la buena alimentación y la adquisición de medicamentos para jubilados y pensionados de los sectores público y privado. El valor del bono será de 67 Unidades Tributarias (UT) mensuales. Y es que dice que cuando uno es niño los padres ven por el cuidado de sus hijos, pero cuando se es anciano, son los hijos quienes deben ver por el cuidado de sus padres.
Voto salvado
En una sesión breve, con muy pocas intervenciones, el referido texto legal fue aprobado ayer en segunda discusión, con el voto salvado de la bancada del PSUV. “Planteamos salvar el voto, no porque la razón, objeto y espíritu contravenga con lo que está en la Constitución, sino porque tenemos que ser responsables en la colaboración y coordinación de poderes que haga posible cumplir con un derecho fundamental que también contempla la Constitución. Así como está planteada, no es posible hacerla cumplir. Reiteramos el compromiso de seguir trabajando por el adulto mayor”, se decantaría el diputado Víctor Clark (PSUV) por un paseo por las ramas.
Miguel Pizarro fue categórico: “si hay dinero para la industria militar y si hay dinero para muchísimas cosas a las que se han acostumbrado los que están en el poder, en este país sí hay dinero para que nuestros jubilados y pensionados gocen del bono de alimentos y medicinas que durante tanto tiempo exigieron y discutieron a través de esta comisión para aprobar esta ley”, espetó con entera claridad.
Bajo un manto seudo ñángara, una vitrina de decoración socialista, el argumento de la bancada del PSUV es totalmente neoliberal: ¿de dónde van a salir los reales? A ver. Dicen que Pizarro lanza una ley populista, y se rasgan las vestiduras por haber supuestamente privilegiado a la población más vulnerable, entre ellos los abuelos, pero basta subir al vagón de adultos mayores en el Metro de Caracas, para ver una caterva de ancianos apretujados como sardinas en lata. No hay que olvidar que el marketing político que se ha hecho de Maduro, es el de “presidente obrero”, precisamente por su anterior militancia en el sindicato del subterráneo caraqueño.
¿Qué proyecto de país?
Francisco Torrealba (PSUV), fue más que elocuente: “es muy fácil aprobar una ley sin saber de dónde van a salir los fondos para esos beneficios”. Bueno, Pizarro abrió la puerta para un debate más amplio y habría que echar números, establecer prioridades, y, claro está, tomar decisiones con una meta en el horizonte, con un proyecto país que está por dirimirse entre el capitalismo con contenido social de la MUD, y el socialismo boliburgués del PSUV. En el proyecto se estima una inflación anualizada de 435% al cierre de 2016.
En la sesión se permitió la entrada de un puñado de abuelos, que contemplaron el debate y alzaron carteles de reivindicación. Un segmento de la población relegado, entre otros y como pocos, los adultos mayores celebraron que a partir de ayer recibirán un bono equivalente a 11.859 bolívares, que se hará efectivo en el día de cobre de pensión o jubilación. Se podrá pagar en efectivo, a través de cupones, tickets o tarjetas electrónicas, emitidos por empresas especializadas.
“Esas unidades tributarias, escasamente 10.000 bolívares, eso no es nada con lo que han repartido, lo que han regalado a otros países. Los abuelos se lo merecen todo, y tenemos que aprobar esta ley, no importa el tiempo que perdamos, servirá para todos”, expresó el diputado José Trujillo (MUD).
El argumento central del PSUV: “En una ley es importante el impacto económico (…) no podemos ser irresponsables planteando una ley si no tiene sustento y viabilidad de hecho en el corto plazo”, dijo Víctor Clark. Se solicitó incluir un artículo con un impuesto para pechar a la empresa privada –que no admite más tenazas- pero la moción fue negada por la Cámara. No hay que olvidar que para la campaña presidencial de 2012, Hugo Chávez succionó alrededor de 20 puntos al PIB para atornillarse en Miraflores. Luego, ¿quién es irresponsable? ¿quién es el que está haciendo populismo? No es fácil.
