La pugna entre el Gobierno argentino y Repsol en YPF podría estar a punto de entrar en su fase final. Al menos esa sería la intención del Ejecutivo de Cristina Fernández que quiere firmar la paz con la compañía española a cambio de que ésta le facilite al Estado el regreso al capital de la compañía, donde aspira a controlar un 33%, según una información publicada hoy por ‘El Cronista’. La pugna entre el Gobierno argentino y Repsol en YPF podría estar a punto de entrar en su fase final. Al menos esa sería la intención del Ejecutivo de Cristina Fernández que quiere firmar la paz con la compañía española a cambio de que ésta le facilite al Estado el regreso al capital de la compañía, donde aspira a controlar un 33%, según una información publicada hoy por ‘El Cronista’.
Puede ser por las buenas o por las malas y no se trataría, en ningún caso de un proceso de expropiación, al menos de cara al exterior. Bastaría con que los Eskenazi vendieran el 25% que posee en la petrolera Argentina, a través del Grupo Petersen y que Repsol le cediera un 8% adicional. Eso dejaría a Repsol con una participación cercana al 50% que le permitiría mantener el control del negocio y facilitaría que el país austral tuviera cuatro consejeros en la compañía e interviniera en las decisiones de gestión.
El Tesoro argentino estaría dispuesto a pagar uno 3.222 millones de euros para cerrar la operación. Y si no se llegara a un acuerdo amistoso, entonces Cristina Fernández aprobaría un decreto ley para considerar esa participación como asunto de interés estratégico nacional.
Aún así, no sería fácil. Los estatutos actuales de YPF incluyen una disposición de obligado cumplimiento para que quien realice una oferta por más de un 14,9% de las acciones de la petrolera tenga que pujar por el 100% del capital.
Mientras tanto, los nuevos hallazgos en Vaca Muerta, vuelven a dar pábulo a los rumores que hablan del interés varias petroleras internacionales, especialmente la estadounidense Exxon, en llegar a acuerdos de explotación conjunta con Repsol.
