Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Guerra comercial

La guerra comercial pone en riesgo la evolución de Chile

A pesar de la creciente diversificación de sus exportaciones, la economía de Chile tiene una alta dependencia de la demanda China referida especialmente a las ventas de cobre.

Sebastián Piñera y Donald Trump

El último informe de Crédito y Caución advierte de que cualquier perturbación grave de los flujos comerciales globales derivada de la disputa comercial entre Estados Unidos y China afectaría a los exportadores chilenos. A pesar de que el país tiene acuerdos de libre comercio bilaterales y multilaterales con más de 60 países para diversificar los destinos de su exportación, la economía de Chile sigue dependiendo de la demanda China referidas especialmente a las exportaciones de cobre, que representan más del 40% de los ingresos de exportación y el 10% del PIB. La estabilidad política de Chile sigue siendo alta, apoyando la solvencia crediticia del país y el sentimiento positivo de los mercados financieros. El crecimiento del PIB se recuperó en 2018, impulsado por los mayores precios del cobre y el aumento de las exportaciones e inversiones. En 2019 y en 2020, Crédito y Caución prevé que la expansión económica se mantenga sólida, en el entorno del 3% de crecimiento del PIB. La aseguradora de crédito prevé que la inflación se mantenga en el rango objetivo del Banco Central, lo que refleja un sólido marco de política macroeconómica.

El sector bancario está bien regulado y suficientemente capitalizado. «El entorno empresarial chileno sigue siendo uno de los mejores de la región y el Gobierno continúa estimulando la inversión extranjera. El buen acceso al capital extranjero y nacional por parte de las empresas locales reduce los riesgos de refinanciación«, dice el informe.

La resistencia a los shocks de la economía sigue siendo fuerte, dada la prudencia de las políticas macroeconómicas y financieras. La flexibilidad del tipo de cambio mitiga el impacto de la fluctuación de los precios del cobre y la volatilidad de la demanda externa. La deuda de la Administración central se mantiene baja, en el 24% del PIB, aunque ha aumentado casi 20 puntos en los últimos 10 años. El 95% está denominada en pesos y es de propiedad nacional. Es previsible que la Administración mantenga en 2019 y 2020 la senda de reducción del déficit, que cerró 2018 al 1,7%.

Más información

Scroll al inicio