El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, creará un grupo de trabajo para terminar de reunificar a las familias de migrantes que fueron separadas en la frontera con México durante la Administración de Donald Trump, en un intento por revertir una de las políticas más controvertidas del anterior Gobierno.
Trump aplicó una política de tolerancia cero en la frontera sur que supuso entre julio de 2017 y junio de 2018 la separación se al menos 5.500 niños de sus padres. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) sostiene que al menos mil de estas familias seguirían separadas.
Biden, que prometió reformar el sistema migratorio en su conjunto, firmará este martes una serie de decretos que harán de la reunificación familiar una «prioridad». Así, derogará la orden promulgada por Trump que justifica la separación de niños y padres y creará un grupo de trabajo que hablará tanto con agencias federales como con las familias perjudicadas, según la Casa Blanca.
La Administración Biden cree que, en la etapa anterior, se «penalizó» por sistema a quienes huían de la violencia y se adoptaron una serie de políticas que solo contribuyeron «al caos, la crueldad y la confusión», especialmente en la frontera con México, donde Trump abogó por construir un muro.
Así, aunque promete atajar la entrada «irregular» de migrantes, el nuevo Gobierno también aspira a lograr «una migración, legal y ordenada», para lo cual intentará atajar las causas subyacentes a las migraciones en los países de origen, mejorar la protección que se les brinda «más cerca de casa» y trabajará para que haya «caminos legales» para refugiados y solicitantes de asilo centroamericanos.
Por otra parte, y en aras de que Estados Unidos siga siendo «tierra de oportunidades», el Gobierno quiere potenciar también «la integración de los nuevos estadounidenses» y que el sistema funcione de manera «justa y eficaz», para lo cual plantea, por ejemplo, que los patrocinadores de las familias no tengan que devolver fondos a la Administración si sus parientes reciben ayudas públicas y «optimizar» el proceso para recibir la ciudadanía.
Biden ha hecho de las reformas migratorias una de sus grandes promesas tanto en campaña como ya en la Casa Blanca, como intentó demostrar con unas primeras órdenes que paralizaban las deportaciones o abrían la puerta a la nacionalización de once millones de inmigrantes indocumentados.