El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha asegurado un día después de confirmar que ha contraído la COVID-19 que está «muy bien», sugiriendo que es gracias a la hidroxicloroquina y advirtiendo a sus críticos de que confía en «vivir aún mucho tiempo».
Bolsonaro, que durante meses desdeñó la letalidad del nuevo coronavirus, confirmó el martes que él mismo había dado positivo en las pruebas, en una cuestionada comparecencia ante los medios en la que, inmediatamente después de hablar, se quitó la mascarilla.
El mandatario presentaba síntomas leves –fiebre de hasta 38 grados– y este miércoles ha reaparecido con una serie de mensajes en redes sociales. En uno de ellos ha lamentado que haya quien critique la hidroxicloroquina sin ofrecer «alternativas»: «Lamento informarles de que estoy muy bien con su uso y, si Dios quiere, viviré aún mucho tiempo».
También ha defendido las medidas adoptadas por su gobierno frene a la COVID-19, alegando que «se salvaron vidas y empleos sin propagar el pánico, que también lleva a la depresión y a la muerte». «Siempre he dicho que el combate contra el virus no podía tener un efecto colateral peor que el propio virus», ha apostillado.
En este sentido, ha señalado que las medidas de confinamiento decretadas a nivel estatal y local solo tuvieron como objetivo «retrasar el contagio» y ganar tiempo hasta que los hospitales pudiesen prepararse, recibiendo nuevos respiradores y habilitando camas en unidades de cuidados intensivos.
Brasil es, a día de hoy, el segundo país más afectado por la pandemia de coronavirus, solo por detrás de Estados Unidos. Acumula más de 1,6 millones de casos y más de 66.700 muertes, según el balance recogido por la Universidad Johns Hopkins.