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Volver a ser ‘amigos’

Los acreedores de la Isla han pedido al Gobierno de Raúl Castro que reinicie las conversaciones con el Club de París sobre la deuda que tiene con dicho organismo, o eso por lo menos es lo que han comentado algunos expertos conocedores del tema. Los acreedores de la Isla han pedido al Gobierno de Raúl Castro que reinicie las conversaciones con el Club de París sobre la deuda que tiene con dicho organismo, o eso por lo menos es lo que han comentado algunos expertos conocedores del tema.

El Club de París envió una carta al Banco Central de Cuba para poder restablecer el diálogo que se frustró en 2001, cuando las conversaciones se suspendieron por tiempo indefinido tras más de dos años de negociaciones, según ha podido saber la agencia Reuters. El Club se autodefine como un grupo informal de acreedores de 20 países, entre ellos Australia, EEUU, Bélgica, Francia, Alemania, España, Japón, Rusia y Suiza.

El principal motivo por el que se rompieron las negociaciones con el Club de París fue la deuda de 20.000 millones en rublos convertibles con la antigua Unión Soviética. Desde entonces, ambos países acordaron dejar de lado esta deuda y restablecer sus relaciones diplomáticas. EEUU no participó en las conversaciones de 2001.

Un diplomático europeo que ha preferido permanecer anónimo, ha explicado que “Cuba fue analizada por primera vez en muchos años en las reuniones del Club del 9 y 10 de octubre de este año y se decidió ver si ellos están interesados en conversar”. Aunque puntualizó que los cubanos aún no han dado una respuesta oficial a la petición, “pero han expresado cierto interés”, afirmó el diplomático.

Según este grupo internacional, Cuba debe a sus miembros 22.194 millones de euros, casi dos tercios de la misma son rublos convertibles de la época de la alianza con la Unión Soviética, que Rusia reclama, pero que la mayor de las Antillas no reconoce.

A pesar de las dudas que existen en la Isla, China se ha convertido en el principal comprador de deuda de Cuba, que los expertos locales sitúan en torno a 5.000 millones de dólares (3.637 millones de euros). En este último año, la Isla ha reestructurado su deuda con China y ha buscado nuevos acreedores.

“Las negociaciones sólo pueden ser una buena cosa. Pese a que Cuba ha llevado a cabo acuerdos bilaterales, no ha habido negociaciones sustantivas con el Club de París en diez años, por lo que sería una señal de cierto progreso”, ha afirmado Stuart Culverhouse, que es economista jefe de Banca de Inversión de Mercado Fronterizo.

“Pero yo sería cauteloso en concluir que eso significa que es inminente cierto tipo de reacercamiento a la deuda”, apunto Culverhouse. En el último informe presentado por Cuba sobre su deuda, ésta se sitúa en 17.800 millones de dólares (12.950 millones de euros), aunque la mayoría de los expertos aumentan esta cifra a los 21.000 millones de dólares (15.279 millones de euros) o alrededor del 50% del PIB del país.

Por su parte, el Banco Central de Cuba ha informado que más de la mitad de la deuda se remonta a finales de los ochenta, cuando incumplió el pago, y que el resto de la deuda activa se acumuló después de la desaparición de su ‘gran amiga‘, la Unión Soviética.

El Gobierno de Castro ha aprobado este año una serie de medidas económicas para “aumentar la credibilidad del país en sus relaciones económicas internacionales, mediante el estricto cumplimiento de los compromisos contraídos”. El objetivo según el propio Ejecutivo es “diseñar y aplicar estrategias flexibles de reordenamiento para el pago de la deuda”.

Una de estas medidas, la posibilidad de poder comprar y vender propiedad inmobiliaria dentro de la mayor de las Antillas, podría aportar a la economía de la Isla alrededor de 1.000 millones de dólares (729 millones de euros) en los próximos doce meses, según una Información recogida por el diario británico Financial Times.

El motivo de esta inyección de capital coincidiría, según algunos expertos, con las ganas que tendrían algunos exiliados cubanos de hacerse con una casa en Cuba, e incluso de comprársela a los parientes que se quedaron en la mayor de las Antillas. Estos mencionados ingresos serían muy beneficiosos para el Estado cubano, que cobra a día de hoy un 8% por cada transacción de este tipo.

De este modo, podrá afrontar mejor, según el conocido diario, el pago de ayudas sociales a los sectores más desfavorecidos de la Isla y así disminuir la pobreza y la precariedad de la población.

En lo referido al futuro de Cuba, el rotativo británico opina que esta medida sí que establece un punto y aparte en el sistema político cubano: “Los derechos de propiedad y la iniciativa privada son las bases del sistema capitalista, por lo que se puede decir que tras asumir ambos conceptos, la Cuba comunista está dando sus últimos coletazos antes de desaparecer”.

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