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El presidente chileno, hostigado por los estudiantes, los mineros, los ecologistas y un creciente rechazo ciudadano

Todos contra Sebastián Piñera

El conservador Sebastián Piñera vive desde hace meses un auténtico calvario al frente del gobierno chileno. Después de alcanzar altas cotas de popularidad por el rescate de los mineros sepultados en la mina San José y el consenso que generó su voluntad de reconstrucción tras el terremoto de 2010, dos hechos que marcaron el primer año de su mandato, ahora Piñera vive en continua guerra con la sociedad civil chilena. Estudiantes, mineros y ecologistas son la parte visible de un amplio movimiento ciudadano que cada vez mira con más desconfianza al mandatario y desaprueba su gestión, como muestran los últimos sondeos hechos públicos. El conservador Sebastián Piñera vive desde hace meses un auténtico calvario al frente del gobierno chileno. Después de alcanzar altas cotas de popularidad por el rescate de los mineros sepultados en la mina San José y el consenso que generó su voluntad de reconstrucción tras el terremoto de 2010, dos hechos que marcaron el primer año de su mandato, ahora Piñera vive en continua guerra con la sociedad civil chilena. Estudiantes, mineros y ecologistas son la parte visible de un amplio movimiento ciudadano que cada vez mira con más desconfianza al mandatario y desaprueba su gestión, como muestran los últimos sondeos hechos públicos.

Con sus índices de popularidad en un bajísimo 35%, el peor dato de valoración de un presidente chileno desde la vuelta de la democracia en 1990, un 53% de los chilenos desaprueba ya la gestión del gobierno. Un descalabro en popularidad que se explica por los sucesivos conflictos sociales que han surgido en Chile en los últimos meses y que amenazan con llevarse por delante a Piñera.

Tres son los principales frentes en los que actualmente lucha el presidente. En primer lugar, la presión ciudadana contra el proyecto energético insignia de su gobierno, HidroAysén (que prevé la construcción de cinco presas en La Patagonia) y al que se opone un 74% de los chilenos, debido a su fuerte impacto medioambiental, ha generado un clima de tensión y protesta que le ha pasado factura a Piñera, que además ha tenido que ver cómo un tribunal paralizaba la puesta en marcha del proyecto por las dudas que genera su gestación.

En segundo lugar, los estudiantes han entrado con una fuerza inusitada en la agenda de problemas del presidente. Reclaman una mejora de la educación y que no se privaticen los centros educativos y han llevado a cabo manifestaciones y protestas que han acaparado la actualidad informativa en los últimos días y han obligado al presidente a intentar negociar, infructuosamente, para intentar atajar el conflicto, que sigue abierto y latente.

Por último, los recientes conflictos laborales con los mineros de Codelco han desgastado hasta tal punto la imagen del gobierno que Piñera afronta ahora los peores momentos de su mandato, iniciado en 2010. Con una histórica huelga general convocada por los sindicalistas, que denuncian movimientos encubiertos del gobierno para privatizar la minera estatal, para el 11 de julio, las simpatías entre los mineros y los estudiantes podrían crear un efecto pinza de dramáticas consecuencias para la salud política del presidente.

El rechazo de los chilenos a Piñera coincide con una situación económica envidiable. Con una expansión internanual en 2011 de un 8,5%, una cifra de crecimiento asombrosa, el país parece navegar en buena dirección, al menos en un nivel puramente económico. Porque, como demuestran las encuestas, a los ciudadanos del país sudamericanos la buena salud de Chile en ese sentido no les parece suficiente para darle un aprobado a su presidente.

«La ciudadanía está más exigente, está más empoderada, a veces está muy impaciente. Piden que todos los problemas que se arrastran por años y años se resuelvan aquí y ahora», se ha sincerado Piñera, quien ha apuntado además que “le pido a la gente que sea un poco más reflexiva en el sentido de darse cuenta que no podemos resolver todos los problemas en un instante».

Los malos datos de popularidad de Piñera y un posible endurecimiento de los conflictos sociales que arrastra el país podrían allanar el camino de retorno a La Moneda a su antecesora Michelle Bachelet, que se mantiene alejada del panorama chileno (está al frente de la división de Naciones Unidas que lucha por la igualdad de género) pero que según los sondeos sigue teniendo una masiva aceptación entre los chilenos y que por tanto podría volver a su país a liderar el proyecto opositor que concurra a las elecciones de 2014. Chile afronta pues un escenario explosivo en el que diversos sectores sociales, arropados por los bajos índices de popularidad de su gobierno, aumentan día a día la presión sobre Piñera.

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