Las mayores empresas petroleras del mundo se preparan para encarar un futuro muy prometedor en la creciente industria del etanol, uno de los biocombustibles más prometedores. Francisco López, analista de X-Trade Brokers ha asegurado a Americaeconomica.com que las petroleras buscan fusiones con empresas brasielñas especializadas en el etanol porque el Gobierno de Lula ha adaptado la legislación para que su país se convierta en el mayor productor mundial. La compañía Shell ya ha desembarcado en el negocio de la mano de la azucarera brasileña Cosan en una operación valorada en 12.000 millones de dólares. Las mayores empresas petroleras del mundo se preparan para encarar un futuro muy prometedor en la creciente industria del etanol, uno de los biocombustibles más prometedores. Francisco López, analista de X-Trade Brokers ha asegurado a Americaeconomica.com que las petroleras buscan fusiones con empresas brasielñas especializadas en el etanol porque el Gobierno de Lula ha adaptado la legislación para que su país se convierta en el mayor productor mundial. La compañía Shell ya ha desembarcado en el negocio de la mano de la azucarera brasileña Cosan en una operación valorada en 12.000 millones de dólares.
Royal Dutch Shell y la gigante azucarera brasileña Cosan pretenden fusionar sus negocios de etanol y combustible. La operación valorada en 12.000 millones de dólares, creará uno de los mayores productores de etanol a nivel mundial. Shell, que lleva años buscando oportunidades en el sector del etanol de Brasil, entra por la puerta grande en una industria que resulta muy atractivo para muchas petroleras e inversores globales.
El acuerdo consiste en que Cosan aportará su negocio de producción de azúcar, etanol y combustible, valorado en 4.925 millones de dólares, más una deuda de $2.524 millones. Por su parte, Shell contribuirá con su red de distribución de combustible minorista y una inversión de 1.625 millones de dólares durante los próximos dos años, a los que podrían sumarse otros 300 millones de dólares en los próximos 5 años.
Según Marcelo Martins, director financiero de Cosan, la nueva compañía tendrá cerca de 21.250 millones de dólares de ventas anuales. Cosan y Shell tendrán la opción de comprar la participación del otro en la empresa conjunta después de 10 años.
Los analistas consultados por este diario consideran que la operación se puede ver como un voto de confianza que el mundo petrolero concede a la industria del etanol. Los expertos esperan que a partir de ahora mayor número de compañías petroleras intenten entrar en el negocio del etanol brasileño.
Shell ha sabido elegir bien con quien asociarse. La brasileña Cosan es la tercera mayor productora de azúcar del mundo, la quinta mayor productora de etanol y una de las mayores exportadoras mundiales de este combustible vegetal. Tiene una capacidad de molienda de 60 millones de toneladas de caña de azúcar por año, posee dos terminales portuarios y varias refinarías en el estado de São Paulo, eje de la poderosa industria azucarera de Brasil.
La operación expande las operaciones de biocombustibles de Shell y continúa la senda marcada por la petrolera británica BP, que en el año 2008 se hizo con una participación en un proyecto brasileño de biocombustibles y anunció inversiones por 1.000 millones de dólares.
Otras empresas también han seguido el camino de BP.La compañía agrícola estadounidense Bunge cerró un acuerdo en el mes de diciembre para comprar la productora de azúcar y etanol Moema por 452 millones de dólares. Y la empresa francesa de materias primas Dreyfus negocia la compra de Antelisa Vale.
Francisco López, analista de X-Trade Brokers, considera que Brasil es el primer destino que elegirán las petroleras, pero cuando las administraciones del resto de países adapten sus legislaciones y se extienda la utilización de los biocombustibles habrá otros destinos con igual atractivo. Para López Brasil está a la cabeza porque a efectos prácticos es mucho más fácil hacer inversiones por sus infraestructuras y su mercado interno.