Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

La administración del conservador toma medidas para evitar el contagio de la crisis mundial

Sebastián Piñera blinda la economía chilena

Chile es uno de los países con un crecimiento más sólido de todo el continente americano. Con un crecimiento previsto para 2011 del 6,7% y su capital, Santiago, como uno de los centros financieros y de negocios de la región, Sebastián Piñera, el presidente conservador al mando del timonel chileno, ha elegido evitar sorpresas y ha anunciado un plan para blindar el país ante un posible contagio de la crisis financiera mundial. Chile es uno de los países con un crecimiento más sólido de todo el continente americano. Con un crecimiento previsto para 2011 del 6,7% y su capital, Santiago, como uno de los centros financieros y de negocios de la región, Sebastián Piñera, el presidente conservador al mando del timonel chileno, ha elegido evitar sorpresas y ha anunciado un plan para blindar el país ante un posible contagio de la crisis financiera mundial.

La mala situación mundial, en la que Europa y EEUU se encuentran al borde de entrar en una recesión, según las voces más agoreras, o en una simple desaceleración de la recuperación, como parece más acertado pensar, ha convencido a Piñera de que lo mejor es no dejar nada al azar. Se espera durante las próximas semanas una coordinación estrecha con el Banco Central chileno, que por ahora ha decidido no bajar el tipo de interés, que se sitúa en 5,25%, pero que podría hacerlo si la situación empeorase.

El Gobierno chileno ha colocado bonos por 1.350 millones de dólares en la bolsa de Nueva York con el objetivo de darle una dimensión internacional al peso, moneda local, con el objetivo de reforzar su estabilidad y posicionarse de cara al futuro. Tal y como declaró el ministro de Hacienda chileno, Felipe Larraín, al diario La Tercera, «es más posible que las cosas empeoren a que mejoren», lo que explica la medida previsoria adoptada por las autoridades, que mejorará la liquidez chilena.

Larraín ha confirmado ante los medios que la administración de Piñera está implementando un plan de contingencia que ayude a Chile a sortear la crisis y «para reaccionar frente a una situación externa más compleja». El ministro ha señalado esta semana que «Chile tiene condiciones excepcionales, pero no estamos blindados ni inmunes a lo que pase en el resto del mundo».

De hecho, una de las medidas que se prevén más que posibles para el próximo año pasa porque Piñera eleve el gasto público por encima del crecimiento del país como protección ante un posible deterioro de las condiciones financieras mundiales. Un aumento del gasto que supone un cierto alejamiento de la posición liberal del mandatario, pero que puede desvelarse como más que necesaria para apuntalar el crecimiento chileno, que a partir de 2012 podría desacelerarse.

«La situación externa es muy compleja. Hay que decirlo con todas sus letras, esto no es un cuento ni una suposición: tenemos una situación seria en Europa y en Estados Unidos. ¿Puede desencadenar una recesión? Sí, puede desencadenar una recesión», ha declarado Larraín a los medios esta semana, para después desvelar que «estamos haciendo todo lo necesario para tener un plan de contingencia preparado, para reaccionar si las condiciones son más adversas».

Por el momento, la banca chilena gozan de muy buena salud, como ha demostrado esta semana la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), que ha hecho público un ránking de de ganancias que indica que las entidades financieras de Chile se sitúan las segundas del subcontinente, con 1.702 millones (1.243 millones), sólo por detrás de Brasil. Una buena salud que Piñera ha decidido proteger con sus medidas.

A pesar de la positiva marcha de la economía, Piñera vive desde hace meses un auténtico calvario al frente del gobierno chileno. Después de alcanzar altas cotas de popularidad por el rescate de los mineros sepultados en la mina San José y el consenso que generó su voluntad de reconstrucción tras el terremoto de 2010, dos hechos que marcaron el primer año de su mandato, la conflictividad social ha hecho que la popularidad del político conservador caiga a un 26%. Ahora Piñera intenta apuntalar su gran activo de cara al futuro: la gestión económica.

Más información

Scroll al inicio