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Cuba y la Unión Europea siguen acercando posturas

Relaciones internacionales

Raúl Castro, presidente de Cuba

Las negociaciones entre Cuba y la Unión Europea (UE) para sustituir la Posición Común de 2003, que condiciona el acercamiento entre Bruselas y La Habana para democratizar el país caribeño, por un acuerdo de cooperación mucho más flexible siguen avanzando. Las negociaciones entre Cuba y la Unión Europea (UE) para sustituir la Posición Común de 2003, que condiciona el acercamiento entre Bruselas y La Habana para democratizar el país caribeño, por un acuerdo de cooperación mucho más flexible siguen avanzando.

A pesar del avance de los acuerdos con el Viejo Continente, paralelamente, siguen sin normalizarse las relaciones diplomáticas con EEUU, que no solo exige mayor apertura económica por parte de la isla caribeña, sino también avances en libertades económicas.

De este modo lo señala el diario español El País, que recuerda también que ninguno de los ministros y otras autoridades extranjeras recibidos por el presidente Raúl Castro (no al titular de Exteriores español José Manuel García-Margallo, con el que no se reunió en su viaje a Cuba durante esta semana) ha recibido indicaciones de que vayan a producirse iniciativas oficiales en esa dirección.

Por su parte, el presidente de EEUU, Barack Obama, ha querido aprovechar las relaciones fluidas entre Madrid y La Habana para influir en el desarrollo de la distensión entre América Latina y Europa.

En el caso de Obama, a diferencia de George W. Bush, no promueve una insurrección general en la mayor de las Antillas porque las consecuencias serían graves, pero tampoco renuncia a operaciones encubiertas que estimulen descontentos sociales lo suficientemente intensos como para obligar al Gobierno cubano a ceder poder.

Aunque el régimen cubano sigue en sus trece, aunque el enfrentamiento estadounidense pierde espacio político porque la UE tiene otros problemas y porque Latinoamérica, casi en bloque, es más partidaria de invitar a la isla en todos sus foros para que se produzcan cambios democráticos en la isla.

El radicalismo estadounidense con La Habana, recuerda el diario español, no hace sino comprometer la relación del país presidido por Barack Obama con el resto del subcontinente.

De hecho, el Gobierno del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, tiene la intención de recuperar su influencia en la estratégica isla, debilitada durante el acercamiento a Washington durante los gobiernos del Partido de Acción Nacional (PAN).

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