Las pymes son el motor económico de Latinoamérica, o al menos así los consideran los expertos de la zona. También son más propensas a moverse por la economía sumergida. Jürgen Weller, de la Cepal, asegura que el mejor modo para luchar contra ello es aumentar la productividad. Las pequeñas y medianas empresas (pymes) son el motor económico de Latinoamérica, o al menos así los consideran los expertos de la zona. También son más propensas a moverse por la economía sumergida. Jürgen Weller, jefe de la Unidad de Estudios de la Dinámica y Coyuntura del Empleo, División de Desarrollo Económico de la Cepal, asegura que el mejor modo para luchar contra ello es aumentar la productividad.
En declaraciones a El Boletín el experto ha señalado que es precisamente la productividad uno de los handicap de las compañías más pequeñas. En general, en las empresas grandes la informalidad es menor debido a la mayor productividad, que permite admitir los gastos para formalizar el trabajo más fácilmente. Sobre todo tienen que enfrentarse regularmente a inspecciones de trabajo están más informados sobre la normativa vigente.
Además de la productividad, el analista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe ha apostado por ofrecer incentivos a través de la reducción de los costes de la formalización de los empleados, tales como simplificar procesos administrativos, reducir los impuestos y aumentar los beneficios. Igualmente, aconseja que las pymes mejoren su conocimiento sobre las normas y las inspecciones laborales que puedan surgir, lo que de cara a su formalización supondrá un paso adelante.
En líneas generales, ha asegurado que no existe una “fórmula única” para fomentar las empresas de este tipo y que es cada país el que debe tomar la decisión. Serán las empresas y los sectores a los que se dedican los que decidirán las medidas a tomar, pero ha señalado que además de un mayor acceso a la financiación o facilitar el mercado internacional se pueden añadir políticas como el fomento de la inserción en cadenas de valor. Igualmente, Weller ha apostado por la asociación entre las pymes y las universidades para fomentar actividades de investigación y desarrollo.
Los países latinoamericanos han hechos sus propios esfuerzos para acabar con el denominado ‘trabajo en negro’. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en todos los países latinoamericanas la tasa de empleo informal ha sufrido una caída de alrededor del 2% aunque aún afecta a más de 100 millones de personas.