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Brasil intenta animar a las automovilísticas extranjeras a abrir nuevas plantas en el país

Menos impuestos, más fábricas

El gobierno brasileño está dispuesto a permitir a las automovilísticas extranjeras que abran nuevas plantas en el país que paguen menos impuestos, siempre y cuando cumplan con sus metas de inversión. El gobierno brasileño está dispuesto a permitir a las automovilísticas extranjeras que abran nuevas plantas en el país que paguen menos impuestos, siempre y cuando cumplan con sus metas de inversión.

Se trata de un decreto gubernamental, adelantado por el diario Folha de S.Paulo, que está previsto que se emita el próximo mes y con el que se establecerá un plazo para invertir de seis meses, para todas aquellas automotrices que quieran evitar la subida de impuestos que tendrá lugar en el próximo mes de diciembre.

El Ejecutivo anunció hace unos meses que el impuesto sobre los bienes industriales aumentaría en un 30% en todos aquellos vehículos que no dispongan de al menos dos tercios de sus componentes producidos en Brasil, una medida que se pospuso hasta diciembre.

¿Y por qué esta repentina medida? Para responder a esta pregunta nos tenemos que desplazar al mes de septiembre, cuando se produjo una caída mayor de la esperada en la producción industrial brasileña, en gran parte por culpa de una bajada en la producción automotriz, ocasionada por que los fabricantes paralizaron sus líneas de producción a causa de una acumulación de inventarios.

La producción de vehículos se recuperó levemente en octubre al crecer un 1,7% frente a septiembre cuando la caída rozó el 20%. Pero no es lo único ya que las ventas de automóviles cayeron un 10% el mes pasado frente a septiembre, lo que encendió nuevas señales de alerta en un mercado clave para las automotrices mundiales y para la economía del país.

Las concesionarias brasileñas consiguieron vender en el mes de octubre un total de 280.608 vehículos, lo que representa un 7,4 menos que en el mismo mes de 2010. Todos estos malos datos han creado un temor a que se produzca una desaceleración, en una de las mayores economías latinoamericanas, dada la importancia que tiene este sector dentro del sistema financiero del país.

De ahí que el Gobierno de Rousseff quiera evitar por todos los medios que baje la producción, incentivando la creación de nuevas fábricas.

La economía brasileña se ha estado desacelerando después de que en el año pasado se consiguiera una expansión del 7,5%, su avance más rápido en 24 años. Los analistas han estimado que este año el crecimiento será más modesto y se mantendrá en torno al 3,3%, un dato que no sería muy negativo para el país.

Pero para ello es fundamental mantener la industria automovilística y que empresas del sector extranjeras continúen con la fabricación de vehículos y por tanto generando dinero para el país. Entre este tipo de compañías con presencia en Brasil hay que destacar a la italiana Fiat SpA, la alemana Volkswagen AG y las estadounidenses General Motors y Ford.

De todas ellas fue Fiat la que lideró las ventas del mes de octubre al conseguir vender unas 57.000 unidades. Por detrás se situó Volkswagen al comercializar unos 53.300 automóviles.

Entre las marcas extranjeras que han anunciado la apertura de nuevas fábricas en Brasil se encuentran la china JAC Motors y otras de lujo como BMW y Land Rober. El Gobierno espera que a través de la reducción de impuestos se puedan sumar muchas más, que generen empleo y dinero para el país.

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