Buenos Aires, la ciudad más castigada por la huelga general argentina, se quedó el jueves prácticamente paralizada por las medidas de la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de Argentina (CTA). Buenos Aires, la ciudad más castigada por la huelga general argentina, se quedó el jueves prácticamente paralizada por las medidas de la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de Argentina (CTA).
La medida de fuerza ha durado 24 horas y ha tenido un especial impacto en los servicios de transporte público: los autobuses, los trenes y el metro. De ahí que quien haya querido moverse haya tenido que hacerlo a través del transporte privado.
Cristina Fernández de Kirchner se enfrente a una nueva huelga a 19 meses de dejar la Casa Rosada. El diario El Mundo ha recordado que, en esta ocasión, la peronista se ha mostrado algo más flexible, pues ha asegurado que “todo el mundo tiene derecho a hacer huelga”.
Los dirigentes de las centrales han conseguido, a través de la paralización de los medios de transporte público, que muchos trabajadores indecisos acabaran por no acudir a sus lugares de trabajo debido a las dificultades de tránsito.
El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, ha aprovechado la movilización para volver a repetir sus peticiones a la presidenta: convenios laborales acordes a la inflación, reducción del mínimo salarial a partir del cual se paga impuesto a las ganancias, plus de emergencia a jubilados, y más seguridad ciudadana.
Según él, la ola de delitos que está viviendo el país “es insostenible, muchos hombres que tienen la pretensión de ser presidentes hablan de la inseguridad sin mencionar la causa, que es la falta de trabajo. Hay un 18,2% de desempleo”, aseguró.
Sobre la huelga, como señala Clarín, el sindicalista ha comentado en conferencia de prensa “la importantísima adhesión al paro general en el día de hoy”, para él, “el pueblo ha hablado”.
El dirigente camionero comentó, además que en muchos casos se ha superado el 98% de adhesión a la iniciativa. Peronista de toda la vida igual que los Kirchner, el cacique gremial mantenía excelente relación con Néstor en su presidencia, de 2003 a 2007, al punto que no hizo ninguna huelga. Pero desde que éste murió, su relación con la viuda ha ido resintiéndose al compás del empeoramiento de la situación laboral y social.