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El mayor sindicato boliviano encabeza las protestas contra el mandatario “indigenista”

Los trabajadores dan la espalda a Evo

El presidente Evo Morales intenta estos días retomar el mando con medidas para combatir el contrabando, principal argumento del Gobierno para justificar el desabastecimiento que sufre la población. Sin embargo, su caída de imagen viene de lejos. Los trabajadores bolivianos ya han señalado al mandatario como principal culpable de su situación. Diversas organizaciones sociales se han sumado a la convocatoria de la Central Obrera Boliviana y han salido a la calle para protestar contra la subida del coste de vida y la escasez de alimentos. El presidente Evo Morales intenta estos días retomar el mando con medidas para combatir el contrabando, principal argumento del Gobierno para justificar el desabastecimiento que sufre la población. Sin embargo, su caída de imagen viene de lejos. Los trabajadores bolivianos ya han señalado al mandatario como principal culpable de su situación. Diversas organizaciones sociales se han sumado a la convocatoria de la Central Obrera Boliviana y han salido a la calle para protestar contra la subida del coste de vida y la escasez de alimentos.

El parón, que en un principio será de 24 horas, se ha iniciado no solo en La Paz, sino también en las ciudades vecinas de Quillacollo, Cochabamba y Santa Cruz, donde, según informa la prensa local, se han formado las primeras barricadas. Sin embargo, según informadores del país, la población vive la jornada de huelga con cierta normalidad. En las primeras horas de la jornada funcionan los servicios de transporte, los bancos y algunos comercios. Luis Nieto, asesor de la Confederación Sindical Indígena ha asegurado a Americaeconomica.com que son las condiciones climáticas, las fuertes lluvias, las que han evitado que la manifestación sea más visible.

Los obreros bolivianos protestan con un paro nacional y una marcha hacia La Paz por la escasez de alimentos básicos para el consumo, como el azúcar, el aumento de los precios de los productos y para reclamar los aumentos salariales a una base de 1.183 dólares (875.810 euros). El presidente Morales no quiso sentarse con los sindicatos durante las conversaciones fijadas ayer por los ministros por considerar su propuesta como algo irracional.

Las manifestaciones se han sucedido en el país desde que el mandatario decidió subir el precio de la gasolina un 83%. Aunque poco antes de que acabara el 2010, el presidente Evo Morales optó por congelar la subida de los previos, los conflictos se han ido intensificando. Primero por los carburante, después por la escasez de alimentos a lo que se han sumado diversos escándalos sobre como se distribuían estos productos entre la población y por el aumento de sus precios, que se sitúa entre el 30 y el 40% y, ahora, por los salarios.

La negativa del presidente Evo Morales de reunirse ayer con los sindicatos ha molestado a los trabajadores, que han decidido mantener la convocatoria de huelga. Sin embargo, están previstas nuevas negociaciones con el Gobierno. En sus declaraciones el asesor de la Confederación Sindical Indígena ha afirmado que no cree que la jornada de huelga se extienda al fin de semana ya que hay previstas nuevas negociaciones con el ministerio de trabajo. Otros observadores han indicado que es difícil que se alcance un acuerdo rápido. Las buenas relaciones entre el Ejecutivo y los sindicatos parecen haber terminado.

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