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EEUU, al borde del abismo por la falta de entendimiento entre republicanos y demócratas

Los especuladores se preparan para asaltar Wall Street si hay suspensión de pagos

El tiempo para que se alcance un acuerdo para elevar el techo de endeudamiento de EEUU se agota y los inversores a corto ya preparan sus carteras por si el pacto no llega y se incurre en la temida declaración de impagos. Las apuestas en negativo se centran en algunas entidades financieras y, sobre todo, en compañías tecnológicas, que verían mermados sus ingresos por el frenazo al crecimiento que supondría el ‘default’ de la mayor economía del mundo. El tiempo para que se alcance un acuerdo para elevar el techo de endeudamiento de EEUU se agota y los inversores a corto ya preparan sus carteras por si el pacto no llega y se incurre en la temida declaración de impagos. Las apuestas en negativo se centran en algunas entidades financieras y, sobre todo, en compañías tecnológicas, que verían mermados sus ingresos por el frenazo al crecimiento que supondría el ‘default’ de la mayor economía del mundo.

En los dos últimos meses, las posiciones a corto en una de las entidades financieras más destacables de EEUU, el Bank of America, han aumentado un 24,89% hasta alcanzar un total de 124,9 millones prestadas a corto. Al temor, que cada vez más analistas dan como probable, de que EEUU entre en impagos, se suma la probabilidad de que los negocios hipotecarios del banco sigan lastrando sus cuentas como ya ha ocurrido en los últimos trimestres.

Para muchos expertos, la declaración de impagos supondría la confirmación del frenazo a la recuperación económica iniciada en EEUU, un asunto del que se debate desde la publicación de la primera estimación del PIB no tan positivas como algunos expertos esperaban. En este contexto, las compañías que más sufrirían este revés económico serían las tecnológicas, puesto que el consumo de sus productos podría descender de forma dramática. Los inversores, cautelosos, ya han dejado en pérdidas varias sesiones a las cotizadas de este sector, lo que ha dado más brío a la especulación bajista sobre ellas.

Una de las tecnológicas más castigadas hasta el momento es la fabricante de tarjetas gráficas AMD, cuyas acciones prestadas han aumentado un 65% desde mayo hasta alcanzar los 103,4 millones de títulos, siempre según datos del operador bursátil Nasdaq. La también fabricante de componentes para ordenadores Dell ha visto aumentar la presión bajista sobre sus títulos un 37,3% y aglutina ya casi 81 millones de acciones en esta situación.

De esta oleada especulativa tampoco se libran Intel ni los gigantes Microsoft y RIM -la fabricante de BlackBerry- con 119,8 millones, 75,1 millones y 30,7 millones de acciones prestadas respectivamente. Lo que supone un aumento del 23%, 12% y 5,7% en cada caso.

Más dramáticos son los casos de Motorola y Eastman Kodak. En el caso de la fabricante de teléfonos móviles, la compañía ha quedado rezagada en la puja por el creciente mercado de los ‘smartphones’. Si a esta situación se suma el freno que impondría sobre la expansión del sector la caída del consumo, las consecuencias para Motorola Mobility podrían ser muy negativas. Por este motivo, desde mayo las posiciones a corto en la firma han aumentado un 54,26% hasta un total de 25,15 millones de títulos.

En Eastman Kodak, los ataques bajistas han aumentado un 35,6% para el mismo periodo. Los inversores a corto acumulan ya 73,6 millones de títulos de la compañía fotográfica de la que algunos hablan ya como no rentable después de haber encadenado un rosario de resultados trimestrales a la baja que hablan de la debilidad de la compañía en el mercado de la fotografía digital frente a sus competidoras asiáticas.

El negocio con el que muchos inversores del parqué neoyorquino se frotan ya las manos sólo llegará si se produce una declaración de impagos el próximo día 2 de agosto que provoque el desplome de estos valores en Wall Street. Esto se debe a que el proceso consiste en vender los títulos tomados en préstamo a un tercer inversor para, pasado un periodo de tiempo determinado, recomprarlos a un precio menor que el de la venta. En ese momento, se devuelven a su propietario inicial con el consiguiente doble beneficio económico al favor del cual juega el calendario y los últimos descensos del parqué neoyorquino.

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