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Informe sobre las maras en Latinoamerica (VI)

Las pandillas e Internet

En la sexta entrega de su informe sobre el fenómeno de las maras en Latinoamérica, nuestro colaborador Omar Arias Mele, nos explica los efectos que ha tenido en este colectivo la irrupción de Intenet. La red ha cambiado hábitos y, sobre todo ha facilitado el contagio del fenómeno por todo el subcontinente. En la sexta entrega de su informe sobre el fenómeno de las maras en Latinoamérica, nuestro colaborador Omar Arias Mele, nos explica los efectos que ha tenido en este colectivo la irrupción de Intenet. La red ha cambiado hábitos y, sobre todo ha facilitado el contagio del fenómeno por todo el subcontinente.

El experto Manfred Liebel sostiene que la expansión de las maras se dio en proporción a la expansión de los barrios pobres y marginados. “Pueden entenderse como el resultado de un desarrollo capitalista que destruye formas de vida tradicionales y bases de subsistencia agrícola, son proveer a aquellos forzados a salir del campo, con las bases para una existencia estable, mucho menos para una mejor vida” afirma.

“Es así como las maras pueden extenderse como la respuesta colectiva de muchos jóvenes a una situación intolerable y como un reto para la misma sociedad que les niega cualquier participación o futuro”, explica Liebel. Aunque la velocidad de contagio se ha acelerado en los últimos tiempos gracias a (o por culpa de)Internet.

Pero de esos hablaremos luego. Un estudio de la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales de Guatemala (AVANCSO) destaca que las familias incompletas usualmente no son lo que más afecta a los jóvenes. Más bien, se ven afectados por el comportamiento angustiado e inseguro de los adultos a su alrededor y la imposibilidad de comunicarse o desarrollar relaciones de confianza con ellos.

La vida de los pandilleros está impregnada de violencia e incomprensión. En el estudio de AVANCSO, se observo la habilidad de los mareros para comentar sobre la situación política y social del país, e incluso los compararon con los jóvenes activistas de los movimientos políticos de los años 70.

En encuestas del IUDOP se dice que en El Salvador el 96,3% de los mareros sabían leer y escribir y muchos tenían niveles educativos más altos que el promedio nacional, pero la mayoría se encontraba fuera del sistema educativo el 75,9%. Concluyendo que ésto indicaba que el sistema educativo no tenía nada atractivo para ofrecerle a estos jóvenes, no los motivaba a aprender, y los excluía por razones sociales.

En los Ochenta la edad de la mayoría de los mareros de Guatemala estaba entre los 15 y 19 años y no había ninguno mayor a 25; en el 2000 la edad promedio se encontraba entre 12 y 15 años. En los Noventa en El Salvador el perfil de los pandilleros era similar al de Guatemala diez años antes, con la mayoría entre los 16 y 21. En el 2000 el promedio de edad era 15,1 para hombre y 15,3 para mujeres; para el 2005 al menos la mitad de los mareros tenían entre los 11 y 14.

La composición en cuanto al sexo también se fue emparejando con el tiempo por ejemplo en Guatemala la participación femenina está en un 44% y en El Salvador es del 33%. Pero las cosas han cambiado también en este ámbito por el impacto de Internet, del que hablabamos antes.

Utilizando fotologs dos bandas, la del “Chuekito” y la de “Los Chorros” de la villa Carlos Gardel de El Palomar, se desafiaban en la red, mostrándose con ametralladoras, escopetas y armas; mencionando que los fierros son para trabajar y no para mostrar. Las dos bandas disputan el control de la droga y el poder en el barrio.

La Garza Sosa ex lugar teniente del Gordo Valor, afirmó que “no está bien mostrarse con armas”; “estos pibes se equivocan”; “antes teníamos otros códigos”.

La Argentina tiene la misma tasa de muertes cada 100 mil habitantes que la registrada en Brasil en el 82. Si bien en el país, las muertes por armas de fuego presentan una leve disminución en los últimos tres años, desde 1997 al 2005, las cifras hablan de un total de 31.412 muertes, según el informe Violencia y Uso de Armas de Fuego en Argentina y sus Provincias, que realizó la Asociación para Políticas Públicas (APP). Ésto representa una tasa de mortalidad de siete muertes cada 100.000 habitantes.

Hoy la tasa de mortalidad en Brasil, según el informe anual de Small Arms Survey, la principal entidad de supervisión de las armas ligeras en el mundo, con sede en Ginebra, creció tres veces desde 1982; es decir que hoy es de 21 por cada 100.000 habitantes.

En Argentina, las villas y asentamientos crecen a ritmo acelerado, sólo en la Ciudad de Buenos Aires de 16 villas en el censo del 2001 pasamos a 24 en el 2007. Hoy las luchas internas por el control del narcotráfico en las villas es moneda corriente, hace algunos años atrás esto no sucedía.

¿Por qué?: No hay control, no hay normas. Lo que existe, es anomia. Por otro lado el fenómeno de los medios de comunicación, sobre todo la televisión, que es vista por todo el mundo, muestra violencia y más violencia, noticieros, programas, películas.

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