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Los líderes de los partidos políticos que compitieron con Ollanta y Keiko se dividen para expresar su respaldo

Humala lucha por conseguir el apoyo político

La carrera hacia las presidenciales llega a su fin. Momento en el que, aquellos que se vieron las caras en la primera vuelta con Ollanta Humala y Keiko Fujimori, han decidido mostrar su apoyo público hacia uno u otro candidato. A falta de nueve días para las elecciones, Alejandro Toledo, rival número uno del nacionalista durante los primeros comicios, ha publicado en la red social Twitter que votará por Humala. Mientras, todo apunta a que la legisladora acapare el máximo respaldo del resto de ex candidatos, Pedro Pablo Kuczynski y Luis Castañeda la eligen a ella. La carrera hacia las presidenciales llega a su fin. Momento en el que, aquellos que se vieron las caras en la primera vuelta con Ollanta Humala y Keiko Fujimori, han decidido mostrar su apoyo público hacia uno u otro candidato. A falta de nueve días para las elecciones, Alejandro Toledo, rival número uno del nacionalista durante los primeros comicios, ha publicado en la red social Twitter que votará por Humala. Mientras, todo apunta a que la legisladora acapare el máximo respaldo del resto de ex candidatos, Pedro Pablo Kuczynski y Luis Castañeda la eligen a ella.

El respaldo político de los ex candidatos que compitieron con los actuales aspirantes a la presidencia de Perú es clave y, por fin, los líderes han expresado su apoyo. Tanto Keiko como Humala saben que ese soporte es de vital importancia para conseguir los últimos votos. Sin embargo, el nacionalista es el que más necesita conseguir votos.

Las últimas encuestas no han favorecido al líder de Gana Perú, que ha visto truncado su triunfo en la primera vuelta. A escasos nueve días de la segunda vuelta, la diferencia entre los candidatos presidenciales se amplió a 5,1%. La candidata de Fuerza 2011 subió la última semana de 45,4% a 46,9%, mientras que el líder nacionalista se mantiene en un 41,8%, según la última encuesta nacional de Datum. En cuanto a los votos válidos, el 52,9% de la población prefiere a Keiko Fujimori y el 47,1% a Ollanta Humala. Por otro lado, el voto blanco y nulo continuó reduciéndose, pasando del 12,8% a un 11,3%, acercándose de esa manera al promedio histórico del 10%.

La ajustada lucha por conseguir los últimos votos está presente en ambos candidatos, que ya cuentan con el respaldo público de los ex partidos políticos que se presentaron junto a ellos en la primera vuelta.

Dado las cifras de los últimos sondeos, Humala necesita el mayor respaldo político posible. Alejandro Toledo se ha pronunciado a su favor y asegura que se trata de un apoyo sin ambigüedades ni condicionamientos. Asimismo, agregó que la decisión de fijar una postura en la contienda era una obligación de su partido ante el país y la historia.

Tras conocerse el respaldo de Toledo y Perú Posible a la candidatura de Ollanta Humala, el líder de Gana Perú agradeció el gesto con un mensaje a través de su cuenta de Twitter.

“Saludamos el apoyo de Perú Posible y de Alejandro Toledo. Creemos que es posible un gobierno de concertación nacional”, escribió el nacionalista en la red de microblogging, pese a que Toledo advirtió que su apoyo “no es un cheque en blanco”.

En cuanto a la legisladora, ayer mismo, el ex candidato presidencial Pedro Pablo Kuczynski aclaró cuál sería su voto para este 5 de junio. Tras haberse escabullido en más de una ocasión, finalmente confesó que va a votar a Keiko.

No obstante, insta a sus simpatizantes a votar libre y responsablemente, a pesar de que consideró que el programa de Humala tiene contradicciones, lo que le genera desconfianza.

Otro que también podría dar su voto a la legisladora es Luis Castañeda. Tras el encuentro que sostuvieron la candidata presidencial Keiko Fujimori y Luis Castañeda, en Chiclayo durante un homenaje al padre del alcalde, éste último dejó entrever que optaría por la alternativa fujimorista en esta segunda vuelta, porque votaría por un solo plan de gobierno. Castañeda ha sido más reticente a la hora de expresar su apoyo públicamente hacia uno de los candidatos, aunque todo apunta a que se decantará por la líder de Fuerza 2011.

No obstante, al igual que Kucynski, recordó que su partido dejó en libertad de voto a su militancia ante las opciones de Keiko Fujimori y Ollanta Humala, que continúan con sus actividades proselitistas por todo el país.

Mientras, la carrera hacia las presidenciales se hace cada vez más dura para los candidatos. La campaña mediática contra el candidato nacionalista a la presidencia de Perú, Ollanta Humala, aún no ha llegado a su fin. El periódico “El Comercio”, propiedad del grupo mediático peruano Miró Quesada, ha publicado un cable de Wikileaks, con fecha de febrero de 2006, en el que se describe un testimonio de un oficial del ejército estadounidense, que afirma que Ollanta mató y confesó actos de los que no se siente orgulloso. Sin embargo, la legisladora Keiko Fujimori tampoco se libra de las críticas. La candidata de Fuerza 2011 se enfrenta al pasado de su suegro, sentenciado hace 11 años en EEUU por evadir impuestos.

En cuanto al nacionalista, éste ya fue juzgado, y declarado inocente, hace un tiempo por el caso Madre Mía, en el que fue acusado de liderar un grupo militar que cometió supuestos abusos y crímenes en tingo María en 1992. Sin embargo, un cable filtrado por Wikileaks, con fecha de febrero de 2006 y cuya identidad del testimonio se mantiene en el anonimato, vuelve a sacar a la luz su participación en esos hechos.

Por su parte Keiko, igual de afectada por los medios, ha tenido que hacer frente a las críticas del padre de su marido. Según un informe de la cadena de televisión hispana Univisión, Joseph Villanella Jr., padre de Mark Villanella, esposo de Keiko, omitió en 1992 el pago de tributos ascendentes a 11.000 dólares (7.818 millones de euros). Ocho años más tarde, el año 2000, fue investigado por la justicia estadounidense y condenado a tres años de libertad condicional.

Referente a esto, la legisladora calificó de «guerra sucia» la información periodística, y su esposo la consideró un «golpe bajo» que busca desestabilizar la campaña presidencial de la candidata.

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