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Los adolescentes de 16 y 17 años argentinos votan por primera vez en unas elecciones generales

Haciendo historia

Los adolescentes de 16 y 17 años votarán por primera vez en unas elecciones generales en Argentina por iniciativa del Kirchnerismo, que en los últimos años ha fijado su interés en los más jóvenes. Los adolescentes de 16 y 17 años votarán por primera vez en unas elecciones generales en Argentina por iniciativa del Kirchnerismo, que en los últimos años ha fijado su interés en los más jóvenes.

El diario español El País ha comentado que en Argentina, los mayores de 18 años y menos de 70 deben acudir a las urnas. Mientras que los mayores de 70 (y ahora los chicos de 16 y 17 años) pueden hacerlo de modo voluntario.

En Nicaragua, Ecuador o Brasil ya era posible sufragar desde los 16 años. Quizás esta haya sido la razón que haya empujado al Gobierno a tomar esta medida. Los jóvenes argentinos pudieron hacerlo por primera vez en las elecciones legislativas del mes de agosto.

A pesar de ello, solo el 42,7% de los jóvenes de esa edad ha renovado a tiempo su DNI, por tanto, figura en el padrón electoral. En cualquier caso (y pese al interés de los Kirchner en su participación) los jóvenes solo representa un 1,9% del total de los votantes.

El consultor Federico Aurelio, ha asegurado que “si hubiese mucha paridad entre los candidatos, el voto de los chicos te hubiera cambiado algo, pero no es el caso”. Aurelio ha constatado que en las encuestas a jóvenes de entre 16 y 23 años hay mucho más interés por la política por los que se identifican con las políticas de Cristina Fernández de Kirchner.

“Hay mayor probabilidad que esos chicos de 16 y 17 años vayan a votar. Los referentes políticos del kirchnerismo siempre pregonan a favor de la militancia juvenil. En cambio, los jóvenes que no los apoyan son los que desconfían de la política, están desinteresados, desmotivados, y, por tanto, puede que no vayan a votar”, comentó.

La medida para que votasen los chicos de 16 y 17 años no sentó muy bien a la oposición, que consideró (y aún considera) que esta medida solo favorecería al Kirchnerismo.

Para ellos fue la queja de la presidenta (aún convaleciente de su reciente operación) que aseguró que los jóvenes no son manipulables, de lo que se quejaron sus principales rivales políticos.

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