Algunos observadores políticos han indicado recientemente a Americaeconomica.com que lo ocurrido en Honduras podía producir una especie de epidemia de golpes de Estado en Latinoamérica. Quizá no se equivoquen. Algunos observadores políticos han indicado recientemente a Americaeconomica.com que lo ocurrido en Honduras podía producir una especie de epidemia de golpes de Estado en Latinoamérica. Quizá no se equivoquen.
Los expertos consultados por este diario han asegurado que mientras que en temas económicos y sociales latinoamerica ha logrado la independencia deseada y ha conseguido ser una referencia en muchas ocasiones, en la política se esta viviendo una regresión, de hecho eso se puede ver claramente en Honduras.
Las fuentes políticas han afirmado que aunque los gobiernos de América Latina en la actualidad no aceptan el intervencionismo, es cierto que en temas políticos es más que necesario porque no se ven avances y los gobernantes cada día buscan más sus intereses personales.
Una buena prueba de todo esto es que el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, se ha visto obligado a sustituir sin previo aviso a los comandantes del Ejército, de la aviación y de la Armada por miedo a un levantamiento. Esta es la cuarta vez que el mandatario paraguayo modifica la cúpula militar del país desde que llegara a la presidencia, en el año 2008.
La sustitución de los comandantes del Ejército paraguayo se produce después de que la inteligencia de Paraguay confirmara la sospecha, el pasado fin de semana, de que policías y militares estaban fraguando un golpe de Estado.
A pesar de estas filtraciones, Fernando Lugo ha negado que todos los altos cargos del Ejército paraguayo estén involucrados en este levantamiento, aunque sí ha admitido que existen «pequeños bolsones» que «pueden tener cierta debilidad y que podrían ser utilizados por la clase política» De esta forma hace referencia a la derecha del país, que domina el Congreso y el Senado.
El mandatario paraguayo tiene a su vicepresidente, Federico Franco, enfilado porque ha sido acusado de pactar con el principal partido opositor para abrirle un juicio político al ex obispo y sustituirlo. Lugo ha indicado que no quiere creer esto, pero que no lo descarta y ha añadido que no quisiera creer que alguien del Gobierno pueda conspirar contra sí mismo.
En los 15 meses que lleva Lugo en el poder se ha creado una guerra no declarada entre facciones de la Policía Nacional que ha creado un clima de inseguridad en las calles, que ha situado al Gobierno paraguayo en una posición de debilidad que parece no tocar fondo.
El vicepresidente del Grupo Venezolano del Parlamento Latinoamericano, Carolus Wimmer, aseguró hace unos días que legisladores ultraderechistas paraguayos en complot con EEUU preparaban un golpe de Estado contra el mandatario Fernando Lugo.
En Honduras parece que las cosas comienzan a complicarse cada vez más. El depuesto presidente del país, Manuel Zelaya, ha indicado que el acuerdo firmado hace una semana para resolver la crisis política en el país ya no es válido.
El anuncio del mandatario se produjo tras la decisión del mandatario de facto, Roberto Micheletti, de formar un gobierno de unidad, como estipulaba el pacto, pero sin incluir a Zelaya.
Micheletti, quien, según se anunció, seguirá como jefe de Estado, ya había adelantado que seguiría adelante con la conformación de un nuevo Gabinete a pesar de que el presidente depuesto no había presentado a sus representantes.
Además, Micheletti ha insistido en que el regreso de Zelaya al poder no era un elemento esencial del acuerdo. El delegado del mandatario depuesto en la Comisión de Verificación, Jorge Reina, ha responsabilizado al gobierno interino por el fracaso del acuerdo.