El canciller venezolano Nicolás Maduro insistió este jueves en rechazar las sanciones estadounidenses a la petrolera estatal PDVSA por sus vínculos con Irán. Sin embargo, ha asegurado que suspender el envío de petróleo venezolano hacia EEUU es una medida “que se corresponde con momentos extremos”. El ministro de Exteriores ha dejado entrever que la posibilidad existe y que, de suceder, el crudo venezolano puede ser vendido en cualquier parte del mundo. El canciller venezolano Nicolás Maduro insistió este jueves en rechazar las sanciones estadounidenses a la petrolera estatal PDVSA por sus vínculos con Irán. Sin embargo, ha asegurado que suspender el envío de petróleo venezolano hacia EEUU es una medida “que se corresponde con momentos extremos”. El ministro de Exteriores ha dejado entrever que la posibilidad existe y que, de suceder, el crudo venezolano puede ser vendido en cualquier parte del mundo.
Venezuela es un país «libre» que ha cosechado vínculos comerciales y energéticos con distintos países del mundo que le permiten mantener una independencia respecto de la industria petrolera estadounidense, dijo Maduro al canal oficial VTV.
Suspender el suministro a Estados Unidos «es una decisión realmente que se corresponde con momentos extremos que en su momento se podrían evaluar. Lo que sí es de absoluta seguridad es que nuestro petróleo se puede vender en todo el planeta», declaró.
«Todavía estamos en fase de evaluación para ver cómo (esta sanción) afectaría el mercado estadounidense. Lo que sí puedo decir es que tenemos capacidad para afrontar y superar este tipo de sanciones que intentan golpearnos», afirmó.
«Nuestra industria petrolera ha desarrollado una nueva política con otros aliados» que «le ha permitido tener la capacidad de andar con pies propios y no depender de la industria petrolera estadounidense», añadió Maduro, enumerando vínculos con países como Rusia o China.
Venezuela, miembro de la OPEP y mayor productor de crudo de Sudamérica, es el quinto proveedor de crudo de Estados Unidos, con un suministro que ronda el millón de barriles diarios.
El martes, al conocer la sanción estadounidense, el gobierno de Hugo Chávez la repudió y afirmó que iba a evaluar su impacto sobre el suministro de petróleo. Analistas afirman que es improbable que Venezuela suspenda los envíos a su principal cliente.
«No podemos aceptar que Estados Unidos se crea el dueño del mundo, que aprueben una ley que diga que no le podemos vender nuestro producto a Irán, que además es nuestro hermano de la OPEP», insistió el canciller.
Tras la sanción, PDVSA no podrá participar en ningún contrato directamente con el gobierno estadounidense, acceder a programas de financiamiento para exportaciones o importaciones, ni licencias para tecnologías petroleras estadounidenses. La medida sin embargo no afecta las ventas de la compañía en Estados Unidos ni las operaciones de su filial CITGO.
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