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Los mercados secundarios de ambos países dejan de ser refugio

El ataque contra el euro alcanza a Francia y Alemania

Algunos expertos llevan semanas lanzando la misma advertencia: 2011 será un año más complicado que el 2010 porque afectará a las rentabilidades de todos los países de la zona del euro, y ya no sólo a los periféricos. La predicción ha resultado ser cierta, dado que en los mercados secundarios de deuda el bund alemán ya no parece ser considerado ningún valor refugio, y la volatilidad ha llevado su rendimiento a alcanzar cifras alarmantes. Francia experimenta la misma trayectoria. Algunos expertos llevan semanas lanzando la misma advertencia: 2011 será un año más complicado que el 2010 porque afectará a las rentabilidades de todos los países de la zona del euro, y ya no sólo a los periféricos. La predicción ha resultado ser cierta, dado que en los mercados secundarios de deuda el bund alemán ya no parece ser considerado ningún valor refugio, y la volatilidad ha llevado su rendimiento a alcanzar cifras alarmantes. Francia experimenta la misma trayectoria.

Los números hablan por sí solos. El pasado 3 de septiembre, el bono alemán a diez años ofrecía a los inversores una rentabilidad del 2,286%. La confianza en Alemania era palpable y cada vez que los especuladores atacaban a una potencia de la zona del euro, los inversores acudían a Berlín buscando cobijo. Ya no es así, y junto a los incrementos del rendimiento en los papeles griegos (13,434%), españoles (5,431%) o irlandeses (9,535%), el bund germano también sube y ofrecía a primera hora del viernes un rendimiento superior al 3,5%.

Francia, la segunda gran potencia económica de la región y otro de los países con la máxima calificación según las agencias de rating (triple A), atraviesa una situación parecida. Si el pasado septiembre su prima era de 2,572%, la actual queda bastante lejos de aquella; 3,733%.

Por tanto, se puede afirmar que los ataques contra el euro ya no se limitan a tantear presas sueltas, alejadas del poderío financiero de Berlín o París. La presión se ejerce hoy por hoy, directamente, sobre estas dos plazas financieras, entre otras como la capital danesa, Copenhaguen, o Viena. En definitiva, que se ejerce sobre los poderosos que exigían a los débiles paquetes de austeridad a cambio de rescates.

Precisamente, cada vez son más los que ponen en duda que estos paquetes de ayuda financiera que primero recibió Atenas, en mayo de 2010, y posteriormente Dublín, el pasado mes de noviembre, hayan solucionado nada. Al contrario: la trayectoria de estas economías parece seguir un curso negativo que ha afectado, además, a los propios rescatadores. Y por si esto fuera poco, la desconfianza hacia las ayudas de Bruselas y el FMI llega en el momento en el que Lisboa trata de espantar la incertidumbre de los mercados gracias a 80.000 millones de euros que esperan recibir en las próximas semanas.

La poca confianza en las ayudas ha contado con un nuevo apoyo hoy, cuando la agencia de calificación Moody´s ha decidido rebajar el rating de Irlanda, la última por el momento de una ronda de recortes que ya han afectado a Grecia, Portugal y España. La agencia del magnate Warren Buffet ha rebajado la calificación de Irlanda hasta Baa3.desde Baa1. Y la perspectiva la mantiene negativa, adelantando la posibilidad de que Dublín entre en el catálogo de activos tóxicos.

Moody´s ha explicado que esta decisión la toma sobre la base de que las finanzas públicas irlandesas se verán deterioradas debido a unas pobres perspectivas macroeconómicas. También ha influido la incertidumbre creada por las pruebas de estrés realizadas a los bancos del Tigre Celta y la probabilidad de que esto conlleve más medidas de ajuste para que el Gobierno pueda cimplir sus objetivos de déficit. La agencia ha destacado, además, que la financiación al sector privado irlandés seguirá siendo limitado y que las finanzas públicas sufrirán por la reciente subida de tipos de interés del BCE.

También desde Atenas han llegado novedades. El primer ministro heleno, George Papandreou, ha anunciado tras varias semanas de incertidumbre en torno a una posible una reestructuración de su deuda (la suspensión parcial de pagos a los tenedores de bonos) que sus expertos preparan un nuevo paquete de medidas de austeridad, las cuales serán anunciadas después de Semana Santa. El paquete de recortes adicional a los ya implantados pretende recortar en 23.000 millones de euros el gasto público. Las previsiones del Gobierno mantienen que el déficit público estará por debajo del 1% en 2015.

Las declaraciones de Papandreou llegan un día después de que tanto Alemania como el BCE rechazasen la posibilidad de que Grecia organizase una suspensión parcial de pagos en su deuda. Además del rechazo, el consejero de la autoridad monetaria europea, Lorenzo Bini Smaghi, fue más allá, y dijo que si este extremo tenía lugar la banca del país mediterráneo quebraría. El consejero italiano amenazó a Grecia, además, con una economía helena totalmente sometida a las inclemencias de los mercados, causando efectos devastadores en la cohesión social y el mantenimiento de la democracia. Por lo tanto, Papandreou debía seguir, en opinión del banquero, adelante con las medidas de austeridad aprobadas hasta el momento además de adelantar algunas más novedosas.

En este contexto, la extrema derecha europea gana posiciones. Curiosamente, en los países económicamente más potentes de la zona del euro.

En Francia, Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, aboga por sacar al país de la OTAN y del euro mientras su popularidad crece en los sondeos. En Finlandia, donde se celebran elecciones generales este domingo, es muy probable que el partido nacionalista True Finns (Finlandeses Verdaderos) forme coalición con alguno de los partidos de centro derecha, dado que en las últimas encuestas su porcentaje de votos es equivalente al de las tres grandes formaciones del país (entre el 18% y el 20%). True Finns ya ha advertido que vetará cualquier ayuda fiscal a la zona del euro en general y a cualquiera de sus países en particular. En 2007 este partido no obtuvo más del 4,5% de las papeletas.

En Alemania es el sector neoliberal el que ha criticado la situación actual, al asegurar voces del mismo que Alemania no recuperará buena parte del dinero depositado en los rescates de Irlanda y Grecia. Además, estas mismas personas han asegurado que Portugal no será el último país afectado, y que luego llegará España, una economía a la que ya será imposible rescatar, y desde la cual el riesgo de contagio -el que, dicen, ha empezado ya- se extenderá hacia el corazón del Viejo Continente.

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