El Gobierno brasileño anunció una inversión de 53.532 millones de euros para modernizar las anticuadas infraestructuras de carreteras y ferrocarriles del país e impulsar la actividad económica. El Gobierno brasileño anunció una inversión de 53.532 millones de euros para modernizar las anticuadas infraestructuras de carreteras y ferrocarriles del país e impulsar la actividad económica.
Con esta inversión se pretende se pretende dotar al país de una mayor eficiencia reduciendo los elevados costes del transporte de mercancías que actualmente suponen uno de los principales problemas para el desarrollo económico de Brasil, según indicó la presidenta Dilma Rousseff.
El crecimiento económico de la mayor potencia de América Latina se estancó el año pasado y este plan de inversión tiene como objetivo eliminar el principal obstáculo para alcanzar en los próximos años una tasa anual del 5%.
El plan recoge la construcción y ampliación de cerca de 7.500 kilómetros de carreteras y de 10.000 de vías ferroviarias con el objetivo de mejorar las comunicaciones entre las zonas productivas y los lugares de exportación y transporte de mercancías como puertos y aeropuertos, en los que se realizarán también inversiones similares que se anunciarán próximamente.
La inversión se canalizará a través de concesiones al sector privado para la construcción de este entramado y se desarrollará a lo largo de veinticinco años. Pero la mayoría de las infraestructuras se realizarán en los próximos cinco años, con el fin de preparar al país para el Mundial de Fútbol de 2.014 y los Juegos Olímpicos de 2.016.
Para llevar a cabo la gestión del nuevo plan, el Gobierno anunció además la creación de una nueva empresa estatal y la financiación de los proyectos se realizará medianta préstamos emitidos por el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil.
Pero no es la única inversión que dio a conocer el Gobierno de Dilma Rousseff. El ejecutivo brasileño, principal accionista de la petrolera Petrobras, aprobó también un plan de estímulo para la compañía de 1.218 millones de euros.
La presidenta pretende que gracias a una serie de incentivos y subsidios a empresas nacionales, se desarrolle una sofisticada tecnología que permita aumentar la explotación de los yacimientos denominados pre-sal.
Se espera que hasta el año 2016 el pre-sal reciba el mayor plan de inversión empresarial de todo el mundo con 192.067 millones de euros. Gracias a ese dinero se prevé que su producción se duplique para 2020 hasta los 2 millones de barriles por día.
