La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, vuelve a atacar a los medios de comunicación. En esta ocasión ha pedido la aprobación de una ley de ética pública para los periodistas que les obligue, entre otras cosas, a declarar su patrimonio. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, vuelve a atacar a los medios de comunicación. En esta ocasión ha pedido la aprobación de una ley de ética pública para los periodistas que les obligue, entre otras cosas, a declarar su patrimonio.
En este mensaje, que la mandataria trasladó a los argentinos durante la inauguración de la ampliación y modernización de la Refinería de Ensenada de YPF, aseguró que es necesaria “una ley ética pública porque la información hoy en día es lo más importante”.
Aunque ha considerado que no sería ella la que impulsase ningún proyecto de ley al respecto y ha dejado caer el fardo sobre los periodistas: “deben ser ellos los que lo hagan, porque si lo llevase a cabo alguien del Gobierno nos acusarían de querer amordazar opiniones”.
De hecho, ha ido un paso más allá y ha dado con la que considera la solución perfecta: “deberían crear un foro por la ética periodística y allí podría llevarse a cabo un proyecto de Ley y presentarlo al Congreso”. Justificó esta idea asegurando que hay periodistas que reciben dinero de algunas empresas.
Y como no podía ser de otro modo ha vuelto a arremeter contra Clarín y Marcelo Bonelli, que conduce también el programa A dos veces en la TN. Fernández lo acusó de haber recibido un millón de pesos durante cuatro años por sus servicios a Repsol YPF.
Además hostigó a los periodistas asegurando que “hay muy mala praxis profesional y un mal manejo de la información”, aunque según ella, “jamás hubo en Argentina la libertad de prensa que hay ahora”.
La presidenta también aprovechó para recomendar a los medios de comunicación que se comportasen como los de EEUU, “que expongan públicamente su preferencia por el candidato presidencial que consideren más apropiado para fijar posición”.
A pesar de ello, la presidenta quiso romper una lanza por el sector de la información y aseguró que “no todos los periodistas son malos, creo que la mayoría de la gente es honesta, de hecho miles y miles de jóvenes trabajan porque creen en su profesión”.
