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La presidenta argentina podría revalidar su mandato sin que haya necesidad de una segunda vuelta

Cristina Fernández encara las presidenciales con amplio apoyo popular

Tras la resaca informativa provocada por el anuncio de que Cristina Fernández, actual presidenta argentina, finalmente concurrirá a la reelección, la opinión pública resalta el hecho de que no hay un candidato opositor que, en principio, pueda plantarle cara en los comicios de octubre. Cristina ganaría automáticamente si en la primera vuelta obtuviera el 45% de los votos, o con un 40%, si la diferencia con el segundo candidato más votado fuera de más del 10%. Un escenario más que probable, ya que según las últimas encuestas, CFK tiene una aceptación popular de más del 50%. Tras la resaca informativa provocada por el anuncio de que Cristina Fernández, actual presidenta argentina, finalmente concurrirá a la reelección, la opinión pública resalta el hecho de que no hay un candidato opositor que, en principio, pueda plantarle cara en los comicios de octubre. Cristina ganaría automáticamente si en la primera vuelta obtuviera el 45% de los votos, o con un 40%, si la diferencia con el segundo candidato más votado fuera de más del 10%. Un escenario más que probable, ya que según las últimas encuestas, CFK tiene una aceptación popular de más del 50%.

Cristina Fernández acapara desde hace días la actualidad informativa en Argentina. La razón es que la viuda de Néstor Kirchner por fin ha hecho público que concurrirá a la reelección en los comicios del próximo octubre, un secreto a gritos que por fin se confirma oficialmente, mientras todos los sondeos apuntan a una cómoda victoria ante sus rivales. el anuncio llega en un momento en el que la tensión por el Reino Unido por el contencioso de las Islas Malvinas se ha disparado por el cruce de declaraciones y las duras críticas que Cristina ha lanzado contra el primer ministro británico, el conservador David Cameron.

La oficialización de su candidatura se produjo a través de un discurso retransmitido por la cadena televisiva Nacional. Cristina afirmó que «siempre supe lo que debía hacer, y siempre tuve un alto sentido de la responsabilidad política, histórica y personal». Pese a no haber sido confirmado el nombre de quien la acompañará como vicepresidente, una incógnita que puede resolverse a lo largo del fin de semana, según todos los sondeos CFK vencerá con comodidad a sus adversarios el 23 de octubre.

Cristina se mostró contundente y disipó todas las dudas que se habían instalado en la opinión pública argentina durante los últimos tiempos. «Mi compromiso es irrenunciable e irrevocable», declaró, tajante, para después afirmar que «es un ejercicio de responsabilidad tomar las decisiones cuando corresponden porque es la obligación. Me hubiera gustado hacerlo cuando vencía el plazo electoral, pero vamos a someternos una vez más».

Según todos los sondeos, CFK tiene todas las papeletas para renovar su mandato con una holgada mayoría sobre sus opositores: Eduardo Duhalde (peronismo disidente), Ricardo Alfonsín (de la Unión Cívica Radical) y el socialista Hermes Binner. En concreto, los principales estudios le otorgan a Cristina entre un 41% y un 48% de intención de voto, mientras que sus adversarios estarían en torno al 10% cada uno, lo que les impediría superar a la viuda de Néstor Kirchner.

El peronismo ya la había elegido candidata para las próximas elecciones presidenciales del 23 de octubre. El Congreso Nacional del Partido Justicialista (PJ), actualmente en el gobierno argentino, dio su apoyo total a la opción de que Cristina se presentara a la reelección. Los 620 congresistas tomaron la decisión por unanimidad.

El anuncio se ha producido en una semana en la que el clima de tensión con Reino Unido ha alcanzado altas cotas. Un escenario que sin duda ha dado mayor carga dramática a su decisión de CFK de concurrir a las elecciones. El conflicto que en 1982 enfrentó militarmente a Argentina y Reino Unido en las Islas Malvinas todavía es un tema candente en las relaciones bilaterales de ambos países. El último estallido en su tortuosa relación se ha producido esta semana, cuando Cristina ha calificó duramente al premier británico David Cameron de “arrogante” y “mediocre”, después de que éste afirmara en la Cámara de los Comunes que su país jamás negociaría un posible acuerdo con Argentina con relación a las Malvinas.

Un episodio más en una cadena de desencuentros que se activa cada poco tiempo y que, en este caso, coincide las elecciones de julio en Santa Fe, importante provincia en la que el peronismo perdió ante los socialistas en 2007 y con el anuncio de la presidenta de que se presentará a las elecciones de octubre.

«Mientras las islas Falkland quieran ser territorio soberano británico, deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto final de la historia», declaró Cameron ante los diputados británicos después de que uno de ellos le preguntara al respecto. Una frase que ha soliviantado a Cristina, que con una dureza extrema ha cargado contra el premier y su respuesta.

«Es un gesto de mediocridad y casi de estupidez para la historia de nuestras islas», ha señalado Cristina, para después afirmar que Reino Unido es «una burda potencia colonial en decadencia en pleno siglo XXI».

La presidenta argentina también ha manifestado, en relación con la tajante respuesta de Cameron, que «los argentinos nunca creímos en los puntos finales de los derechos humanos ni de los derechos soberanos de nuestras islas Malvinas».

Estados Unidos ha intentado sin éxito que ambas partes negocien y alcancen un punto de acuerdo en torno a las Islas, algo que en Reino Unido ha provocado una cierta preocupación y que finalmente motivó que uno de los diputados conservadores, Andrew Rosindell, interpelara a Cameron a manifestarse en ese sentido.

En definitiva, Cristina Fernández ha protagonizado una semana en la que ha mirado tanto al interior de su país, con la oficialización de su candidatura y la toma de posiciones de cara a los comicios de octubre, como al exterior, con el endurecimiento de su postura ante David Cameron y el Reino Unido. Un escenario en el que su figura, de cara a la opinión pública argentina, ha salido, en principio, reforzada.

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