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Los brasileños aprovechan la petición de moción de censura a Rousseff para hacer ‘merchandising’

Crisis en Petrobras

Estación de servicio de Petrobras

Muchos son los brasileños que se sienten decepcionados con el Partido de los Trabajadores (PT) y en concreto con Dilma Rousseff y su comportamiento en el caso Petrobras. Otros, aprovechan el movimiento que pide su moción de censura para vender sus productos. Muchos son los brasileños que se sienten decepcionados con el Partido de los Trabajadores (PT) y en concreto con Dilma Rousseff y su comportamiento en el caso Petrobras. Otros, aprovechan el movimiento que pide su moción de censura para vender sus productos.

En concreto, se trata de untar de publicista de Mato Grosso que gana dinero con la venta de camisetas y pegatinas y que financias las manifestaciones que tienen lugar este domingo y que piden la impugnación de la mandataria.

Con la venta de camisetas a unos 31 dólares y de pegatinas a poco más de uno, Marcello Reis y Leticia Balatori se han colocado en la vanguardia de los productos ‘antiRousseff’. El primero es uno de los líderes del proyecto Revoltados On Line (Indignados online), un grupo formado en las redes sociales que se manifiesta en contra de la corrupción.

Como señala el diario español El País, en los últimos tiempos el grupo ha ganado notoriedad, y seguidores en Facebook, al pedir la salida de la mandataria del Gobierno y situarse junto a figuras públicas como el músico Lobão, un feroz crítico del PT que pidió el voto para Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña, (PSDB) en las últimas elecciones.

Al estar tan consolidados han tenido que pagar una infraestructura para realizar sus protestas (sobre todo el sonido que ronda los 63.800 dólares) Reis vende camisetas, gorras y pegatinas en la red.

Varias son las posibilidades, como un lote de polo negro, gorra y cinco pegatinas, que cuesta entre 56 y 62 dólares, o una camiseta con una banda presidencial con las palabras Dios, Familia y Libertad, que cuesta 31. Por los productos no se debe abonar gastos de envío.

Reis considera que es un precio justo, pues es material importado. “Es de buena calidad y no tenemos producción propia”. Ha explicado también que ha que cerrar una compañía de seguridad de la información ya que no quería participar en el “juego sucio del servicio público”.

El publicista fue despedido hace dos meses de una agencia de comunicación y ahora se dedica en exclusiva a esta campaña. Desde su punta de vista, lo echaron porque el diputado Paulo Pimenta, del PT, le acusó de neonazi durante la protesta que motivó el cierre del Congreso Nacional el año pasado.

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