Las bolsas de Latinoamérica cerraron marzo por todo lo alto al disiparse los temores de un colapso financiero en Europa al mismo tiempo que mejoraban las perspectivas económicas de EEUU. Pero los vientos vuelven a soplar en contra y los analistas esperan que este auge bursátil sea fugaz. Las bolsas de Latinoamérica cerraron un primer trimestre por todo lo alto, en el que los temores de un colapso financiero en Europa se desvanecieron por el agresivo suministro de liquidez del BCE, al mismo tiempo que mejoraban las perspectivas económicas de EEUU. Pero los vientos vuelven a soplar en contra y los analistas esperan que este auge bursátil sea fugaz.
El ISPA chileno despidió marzo con una ganancia trimestral del 12,3%, apoyado en la subida de los precios del cobre; el Colcap de Colombia se revalorizó un 11% gracias, en parte, al aumento de los precios del crudo; mientras, el fortalecimiento del sector minero también permitió que la bolsa de Lima se apreciara un 21%. El Bovespa brasileño avanzó un 14% y el IPC de México un 6,6%. Estas subidas además han sido superiores a las de sus pares asiáticos.
Los analistas, sin embargo, arrojan presiones pesimistas y creen que esta buena racha bursátil será efímera. Son varios sus argumentos, como que los países europeos se enfrentan todavía a grandes desafíos fiscales o que los datos macro auguran una desaceleración de la economía china, algo que podría desgastar la demanda de importaciones de Latinoamérica.
El diario The Wall Street Journal también apunta otra posibilidad que penalizaría a los mercados de renta variable: una mayor apreciación del peso mexicano y del real brasileño, que aunque no sería un factor de riesgo por sí mismo, podría llevar a los gobiernos a tomar medidas para revertir la tendencia, como la potencial imposición de controles de capital.
El peso ha avanzado este año un 9,2% en su cruce con el dólar tras registrar una caída del 11,5% el año pasado, mientras que el real se ha apreciado un 2,2% frente al billete verde tras un desplome del 11% en 2011.
En este sentido y según explica el rotativo estadounidense, los inversores podrían volverse renuentes a seguir impulsando a las dos mayores bolsas de la región (México y Brasil) al considerar que la relación entre el precio y las ganancias de varias compañías claves es demasiado forzada.
A pesar de ello, la mejora de la economía estadounidense sería el punto fuerte de México porque su economía, centrada en la industria manufacturera, destina el 80% de sus exportaciones al país vecino y los analistas no esperan una apreciación muy notable del peso antes de las elecciones presidenciales que se celebrarán en junio.