En las últimas semanas el movimiento Anonymous está ganando fuerza en Latinoamérica. El ciberactivismo parece que ha encontrado una región con fieles seguidores muy activos en sus propuestas de ‘ataques’. En las últimas semanas el movimiento Anonymous está ganando fuerza en Latinoamérica. El ciberactivismo parece que ha encontrado una región con fieles seguidores muy activos en sus propuestas de ‘ataques’.
En la cuenta ‘oficial’ de Twitter Anonymous internacional, se hacen eco en varios mensajes de los movimientos de los activistas de #YoSoy132, que plantean actos reivindicativos en la ciudad de Tijuana.
Por otro lado, el ciberactivismo de Anonymous podría haber cambiado algo su registro en América Latina. A partir de ahora, varias de sus suborganizaciones locales va a emprender una ‘cruzada’ contra el mundo de los toros por considerar que maltratan a los animales.
De hecho, la facción Operation Colombia, ‘hackeó’ la página web del torero español Luis Antonio Gaspar, dónde colgaron un manifiesto antitaurino. En Venezuela, los activistas cibernéticos llevan avisando desde el 15 de agosto que van a realizar acciones contra el mundo de los toros.
En concreto contra la Feria Taurina de las ferias de la Consolación, que se realiza en Táriba, en el estado de Táchira. El ‘hastag’ o tema de discusión que utilizan para movilizar a sus bases es #OpSeres. Los hackers denuncian que esa tradición en la que se involucran a animales vivos, “se ha convertido en un juego macabro que fomenta la iglesia católica”.
Anonymous también ha decidido unirse esta semana a la plataforma de activistas Paraguay Resiste, que lidera el ex presidente Fernando Lugo, contra la multinacional estadounidense Monsanto. Los piratas han dejado fuera de servicio la página de la presidencia paraguaya, que está en manos de Federico Franco, después de haberle arrebatado en el parlamento, hace unos meses, el mando del país.
Estas medidas responden a la iniciativa de Franco de impulsar el uso de semillas genéticamente modificadas para los cultivos de la nación latinoamericana que comercializa la compañía Monsanto. El colectivo Paraguay Resiste opina que la soja transgénica que vende Monsanto, es peligrosa para la salud de los campesinos que la cultivan, por los herbicidas venenosos que se tienen que utilizar para ello y porque dejan inutilizable la tierra después de utilizarla con sus granos.