El miedo a una nueva recesión económica ha provocado, en las últimas semanas, que las Bolsas de todo el mundo y los inversores que en ellos operan vean la necesidad de asegurar sus inversiones. El oro se ha convertido en uno de esos valores refugio, y su precio alcanza estos días los 1.910 dólares por onza. En medio de este proceso, Perú el quinto productor mundial del metal dorado, tiene mucho que ganar, al igual que sus vecinos continentales, en lo que algunos consideran ya una nueva “fiebre del oro”. El miedo a una nueva recesión económica ha provocado, en las últimas semanas, que las Bolsas de todo el mundo y los inversores que en ellos operan vean la necesidad de asegurar sus inversiones. El oro se ha convertido en uno de esos valores refugio, y su precio alcanza estos días los 1.910 dólares por onza. En medio de este proceso, Perú el quinto productor mundial del metal dorado, tiene mucho que ganar, al igual que sus vecinos continentales, en lo que algunos consideran ya una nueva “fiebre del oro”.
La pasada semana, el presidente venezolano, Hugo Chávez, anunciaba en la televisión pública la pretensión de su gobierno de nacionalizar la industria de extracción de oro de su país. Venezuela ni tan siquiera se encuentra entre los 20 principales países productores del metal dorado y, sin embargo, el actual precio de la onza, cercano a los 1.900 dólares, son demasiado interesantes para desecharlos. Más si cabe cuando, en la actual coyuntura económica, todo parece indicar que seguirá subiendo.
Perú es el quinto productor mundial de oro. El pasado año registró extracciones de 203.268 kilos, muy cerca de Sudáfrica, el primer productor del mundo, que acumuló 272.128 kilos de los cerca de dos toneladas de 2010. Existen dos tipos de onza, que se diferencian por su peso. La primera, la onza Troy, se utiliza mucho en Inglaterra, es una medida de peso Inglesa y equivale exactamente a 31,103 gramos. La segunda, La onza de oro es la unidad de medida que se utiliza a nivel internacional, y equivale exactamente a 28,35 gramos.
Según estos datos, Perú produjo el pasado año aproximadamente 9.598.871 onzas de oro. A los precios actuales de la medida internacional (1.900 dólares), las ganancias de las mineras habrían ascendido a cerca de 18.000 millones de dólares.
Pero entre los veinte principales productores de oro del mundo hay otros países latinoamericanos. En el puesto número 13 se encuentra Argentina, que extrajo el pasado año 44.131 kilos. En el 14 se ubica Chile, con 42.100, después viene Brasil con 40.075 kilos y tres puestos más abajo, en el 18, México con 35.899 kilos. Los beneficios de un alza del precio del oro son, por lo tanto, palpables para el subcontinente.
La ralentización en la incipiente mejoría económica que atraviesan las naciones más potentes a escala global ha desatado esta nueva ‘fiebre del oro’ durante este mes de agosto. La desconfianza en la recuperación de las finanzas ha llevado al preciado metal a superar la cota de los 1.910 dólares por onza y a marcar sucesivos máximos históricos con cada nueva sesión.
En este octavo mes del año, el oro se ha encarecido un 10,8%: desde los 1.616 dólares por onza en los que cerró julio hasta los 1.791 que marcaba cada onza a media sesión de hoy. En lo que va de año, el metal se ha encarecido un 25% y los analistas advierten de que mientras persistan las dudas sobre la recuperación económica y la crisis de deuda en Europa, los precios seguirán incrementándose.
El rebote de este mes podría haber sido de casi el doble si los inversores no hubieran decidido pasar por caja tras superar la barrera de resistencia de los 1.900 dólares el pasado 22 de agosto. Esta decisión provocó que en sólo dos sesiones el valor refugio cayese un 8,6% y casi 200 dólares. Desde entonces ha vuelto a la senda alcista, aunque a un ritmo menor que en las semanas precedentes.
En la misma dirección se ha movido la plata, aunque no ha llegado ni a rozar su máximo de 48,7 dólares por onza del año 1980. En este último mes, su cota más alta se ha situado en los 43,8 dólares. Dicha cifra se alcanzó el día 22 de agosto, a la par que el récord en el oro, para retroceder un 9,8% en las dos sesiones siguientes y, luego, recuperar también su senda alcista.