La mayoría de los candidatos respaldados por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no han logrado obtener los apoyos necesarios, si quiera para disputar una segunda vuelta electoral, en las elecciones municipales celebradas este domingo en el país, en el que más de 150 millones de electores estaban llamados a acudir a las urnas para elegir para los próximos cuatro años a alcaldes, vicealcaldes, y concejales, de unos 5.560 municipios y ciudades.
Los únicos dos candidatos que recibieron el apoyo explícito de Bolsonaro que han logrado continuar en la contienda electoral hasta el próximo día 29 son Wagner Sousa, del Partido Republicano de la Orden Social (PROS), en Fortaleza –33 por ciento de los votos–; y el republicano Marcelo Crivella, quien todavía aspira a la reelección de la Alcaldía de Río de Janeiro, tras lograr el 21 por ciento de los apoyos.
No obstante, ambos llegarán a la segunda vuelta, prevista para el 29 de noviembre, con menos apoyos que sus oponentes, el laborista Sarto Nogueira, y el demócrata Eduardo Paes, respectivamente.
Pese a ello, Bolsonaro ha celebrado en su cuenta de Twiter que «la izquierda ha sufrido una histórica derrota en estas elecciones, en una clara señal de que la ola conservadora que llegó en 2018 lo hizo para quedarse» y ha señalado que su apoyo «a unos pocos candidatos se puede resumir en uno lives» en redes sociales de «un total de tres horas».
«Para 2022 estoy seguro de que, en las urnas, consolidaremos nuestra democracia con un sistema electoral mejorado. Dios, patria y familia», ha escrito el presidente brasileño, quien durante las últimas semanas mostró su apoyó a casi una veintena de candidatos, entre ellos seis a las principales capitales del país.
Bolsonaro, cuyo actual partido Alianza por Brasil se haya en desarrollo, no formaba parte de ninguna fuerza política desde que abandonó el Partido Social Liberal (PSL) con el que ganó las elecciones de 2018, por lo que no contaba con ningún candidato oficial a estos comicios.
SAO PAULO Y RÍO TENDRÁN SEGUNDA VUELTA ELECTORAL
En Sao Paulo, el actual alcalde socialdemócrata, quien ha obtenido casi 33 por ciento de los apoyos, se enfrentará al del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Guilherme Boulos, quien obtuvo el 20 por ciento de los votos. Ambos muy por delante de la opción apoyada por Bolsonaro, Celso Russomanno, quien logró el 10 por ciento de la papeletas.
En la capital carioca, serán dos candidatos conservadores quienes se disputen la Alcaldía, el actual alcalde y favorito de Bolsonaro, el pastor evangélico Marcelo Crivella, quien tras lograr el 22 por ciento de los votos, deberá defender el cargo ante Eduardo Paes, quien ya lo ocupó durante los JJOO de Río 2016, ganador en primera vuelta tras conseguir el apoyo del 37 por ciento de los electores.
Por su parte, el Partido de los Trabajadores, que durante años lideró la política del país con figuras de máxima relevancia como los expresidente Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016) no ha logrado buenos resultados y tan solo aspira a la obtener el triunfo en la Alcaldía de Recife, en Pernambuco, donde Marília Arraes, tras lograr casi el 28 por ciento de los votos, se enfrentará en segunda vuelta al candidato del Partido Socialista Brasileño, Joao Campos, con el 29,17 por ciento.
LA MAYOR ABSTENCIÓN EN MÁS DE 20 AÑOS
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), que durante las primeras horas del cierre de los colegios reconoció problemas técnicos para poder contar con presteza los votos, ha informado tras el escrutinio final de que se han registrado un 23 por ciento de abstención, lo que supone el porcentaje más alto en este tipo de comicios en más de 20 años.
Pese a la crisis del coronavirus, que en Brasil ha dejado más 5,8 millones de casos y casi 165.800 muertos, el presidente del TSE, Luís Roberto Barroso, ha destacado que la abstención es «ligeramente» superior a la de otras citas y ha querido agradecer a los electores brasileños el hecho de que hayan acudido a las urnas «en masa», aún teniendo en cuenta estas circunstancias.
En las elecciones municipales de 2016, la abstención fue del 17,6 por ciento; mientras que cuatro años antes se registró un 16,2 por ciento, según ha recordado la prensa brasileña.