La crisis de representatividad en Perú alcanza nuevos mínimos. Según una encuesta publicada por Ipsos y difundida por el diario Perú 21, apenas el 3% de la ciudadanía aprueba la gestión de la presidenta Dina Boluarte, lo que representa el nivel más bajo desde diciembre de 2022, cuando asumió el poder tras la destitución de Pedro Castillo.
Este resultado, obtenido en un estudio realizado entre el 13 y 14 de abril a nivel nacional, con una muestra de 1.206 personas y un margen de error de +/- 2,8%, confirma una tendencia de impopularidad sostenida: la mandataria ya había registrado un 4% de aprobación en cinco meses diferentes entre 2023 y 2024, con un leve repunte al 5% en enero pasado.
«Aprueba: 3%. Desaprueba: 94%. No opina: 3%», indica textualmente el sondeo al preguntar por la gestión de Boluarte
Rechazo generalizado al Gobierno y las instituciones
El descrédito no se limita a la figura presidencial. La misma encuesta muestra que:
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Solo el 5% de los peruanos aprueba la gestión del primer ministro Gustavo Adrianzén, mientras que el 80% la desaprueba.
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El Congreso de la República alcanza un 88% de desaprobación, con apenas un 6% de apoyo.
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El Poder Judicial, por su parte, es respaldado por apenas el 13% de los encuestados, frente a un 81% que lo rechaza.
Estos datos evidencian una erosión profunda de la legitimidad institucional en todos los niveles del Estado peruano
Desafección ciudadana y falta de alternativas
Analistas políticos peruanos han advertido sobre el riesgo de ingobernabilidad y el crecimiento de la desafección política, especialmente en ausencia de una salida electoral clara o de liderazgos que canalicen el malestar social.
A pesar de los reiterados pedidos de adelanto de elecciones y reformas políticas, la clase política parece estar desconectada del clamor ciudadano, lo que podría derivar en nuevas olas de movilización y tensión social en los próximos meses.