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AMÉRICA EN FOCO

Primera parte

La región vivirá, sin dudas un periodo electoral clave, con siete países en el juego, analistas aseguran que el cómputo final no debería desmantelar la influencia de la izquierda en el continente. La región vivirá, sin dudas un periodo electoral clave, con siete países en el juego, analistas aseguran que el cómputo final no debería desmantelar la influencia de la izquierda en el continente. En cuatro, de los siete países, la izquierda ordenará sobre la mesa su poder. En Uruguay, el Frente Amplio intentará conseguir su tercer gobierno postulando como candidato principal al ex presidente Tabaré Vázquez (2005-2010). El Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil buscará la reelección de Dilma Rousseff. En Bolivia, Evo Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), buscará su tercer mandato consecutivo. En El Salvador, el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) procurará la victoria de Salvador Sánchez Cerén, ex guerrillero y actual vicepresidente del país.

Uruguay elegirá presidente el 26 de octubre. Meses después, el 27 de abril, se llevarán a cabo las elecciones primarias. En el Frente Amplio Tabaré Vázquez aspira a suceder a su correligionario José Mujica. En la derecha, el Partido Nacional (Blanco) aparece con más apoyos en las encuestas que el Colorado, con Juan Pedro Bordaberry a la cabeza, sin embargo, deberá definir si su candidato es Jorge Larrañaga, más girado al centro, o Luis Lacalle Pou, hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995).

En este momento los números dan como favorito al ex presidente Vázquez. Vale recordar que el FA gobierna desde el 2005, y a pese a que los resultados de gestión, comparados con otros gobiernos de la región ha sido buena, existen riesgos de eternización en el poder en uno de los países mas democráticos e institucionalizados de América Latina. Notorio es el contraste entre Vázquez y el actual mandatario José Mujica, sin ir más lejos en lo ideológico (Vázquez es hoy un hombre de pensamientos más cercanos a la centroderecha, aunque, seguramente este rotulo no le sería etiquetado. También allí la falta de alternancia puede mellar las instituciones si la impotencia de “colorados” y “blancos” se prolonga

El 5 de octubre se votará en el gigante de América del sur, Brasil. Rousseff buscará la reelección, a pesar de que al momento no ha oficializado su candidatura, con lo que el PT conseguiría mantenerse 16 años en el poder. Al igual que en Colombia, Costa Rica, Panamá, Uruguay y Bolivia, Brasil define la presidencia en segunda vuelta si ningún candidato supera el 50%, por lo que tal vez Rousseff, quien mantiene popularidad pese a los coletazos sufridos por las tensiones sociales de 2013, deba jugar su continuidad frente al centrista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que postula a Aécio Neves, o al Partido Socialista, que seguramente promoverá a Eduardo Campos, exministro del Gobierno de Luiz Inázio Lula da Silva (PT, 2003-2011).

Una nueva victoria del Partido de los Trabajadores implicará ni más ni menos que década y media de predominio. Desde que Lula da Silva se impuso en las elecciones de 2002 y asumió el mando a inicios de 2003, el PT ha sido un terremoto electoral. Su principal fuerza opositora, el Partido de la Social Democracia Brasileña, no se ha mostrado capaz de recuperar el poder de antaño y menos construir una figura comparable a Fernando Henrique Cardoso. Al momento su candidato Aécio Neves, el ex gobernador de Minas Gerais, que asoma como única alternativa creíble a la Presidenta Rousseff, no está a la altura, por otro lado se motoriza una estrambótica alianza entre la ecologista de izquierda Marina Silva y el gobernador de Pernambuco y ex aliado del gobierno Eduardo Campos.

La oposición enarbolara como estandarte la corrupción del PT y el agotamiento del modelo “Lula”, básicamente consistente en combinar un fuerte gasto público con el fomento del crédito de consumo, un cierto proteccionismo y lo mejor de la herencia de Cardoso, vale recordar que tiempo atrás la clase media brasileña exigió estos temas los que dieron por tierra con la popularidad de Dilma, sin embargo, rápida de reflejos la actual mandataria recuperó 20 puntos gracias a la toma de medidas más bien populistas, por lo que todo parece encaminarse, por el momento a una victoria electoral , a pesar de que la economía lleva cuatro años casi sin crecer.

El hegemonismo del PT, conformado por una coalición de partidos pequeños, focalizados y heterogéneos los que realmente de poco peso especifico no están en condiciones de imponerle alternativas sugerentes a la presidenta, elemento que comienza a producir resquemor en el alto nivel de gobierno, avizorando problemas institucionales en acecho.

Bolivia votará en octubre, posiblemente el 5, y a pesar que la Constitución de 2009 prohíbe tres gobiernos consecutivos, el Tribunal Constitucional habilitó con un fallo en 2013 una nueva candidatura de Morales porque consideró que su primera legislatura (2006-2010) no computa porque no llegó a agotarla y que con la reforma de la Carta Magna se refundó el país como un Estado plurinacional. Entre sus rivales figuran Rubén Costa, del conservador Movimiento Demócrata Social, y Juan del Granado, ex aliado de Morales y líder del Movimiento Sin Miedo, sin embargo las ultimas encuestas dan como mejor posicionado al empresario y líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, con un 12%, seguido a varios puntos por Rubén Costas del MDS.

La convocatoria oficial se hará en mayo, unos 150 días antes de la elección, como ordena la ley, considerándose asimismo la posibilidad de que llegado el caso de una segunda vuelta, diciembre sea el mes elegido.

A la vuelta de la esquina El Salvador llama a elecciones el próximo 2 de febrero y en caso de una segunda vuelta, se llevara a cabo el 9 de marzo.

La gran incógnita es si el gobernante FMLN -la antigua guerrilla marxista- repetirá el menú, agrietando aún más la crisis de Arena, tiempo atrás invencible partido de derecha, a los que analistas señalan al ex presidente Tony Saca, como el máximo responsable de la debacle. Un detalle sumamente importante y que deberíamos tener en cuenta es que, a diferencia de la elección anterior, en la que el FMLN presentó a un hombre moderado (el actual presidente Mauricio Funes), la izquierda juega en esta oportunidad con Salvador Sánchez Cerón, un ex guerrillero y líder histórico al que el FMLN, quien en la elección anterior acompañó como vicepresidente a Funes, a los efectos de garantizar que el candidato no se apartara demasiado de la ortodoxia, a los hechos nos remitimos Sánchez Cerón es un fiel simpatizante del Socialismo del Siglo XXI.

Habida cuenta la exguerrilla del FMLN peleará por mantenerse en el poder frente a Norman Quijano, de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que busca regresar a la administración de la república que retuvo entre 1989 y 2009.

Pues bien, la mesa está servida, como primer plato, pocas quejas, hay para todos los gustos, en el horizonte, tiempos más que interesantes estimamos para la región, la partida a poco de comenzar.

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