El esperado ‘Super Martes’ ya es historia, celebrado en 10 estados de EEUU no dejó un panorama claro en las filas republicanas ya que ningún candidato se muestra consolidado como opción a los efectos enfrentar a Barack Obama el próximo noviembre, si bien el triunfo del hasta ahora líder de la grilla Mitt Romney en seis de esos 10 estados lo mantienen como el favorito en adueñarse la chaqueta amarilla en el Tour americano. El esperado ‘Super Martes’ ya es historia, celebrado en 10 estados de EEUU no dejó un panorama claro en las filas republicanas ya que ningún candidato se muestra consolidado como opción a los efectos enfrentar a Barack Obama el próximo noviembre, si bien el triunfo del hasta ahora líder de la grilla Mitt Romney en seis de esos 10 estados lo mantienen como el favorito en adueñarse la chaqueta amarilla en el Tour americano.
Solamente Ron Paul quedó en cero sin adjudicarse un solo estado. Los otros tres candidatos consiguieron un mínimo de aire para mantenerse vivos. Sin embargo, los números dan fe que es cada vez más complicado admitir por que el portavoz del Congreso Newt Gringrich accede a la nominación del Partido Republicano, luego de que sólo ganó su estado, Georgia. Indudablemente Mitt Romney y Rick Santorum disputarán mano a mano la posibilidad de enfrentarse a Barack Obama.
Confirmando los sondeos previos Romney obtuvo la mayoría de los votos en su terruño Massachusetts , del que fue gobernador, imponiéndose, además en Idaho, Vermont, Virginia y Alaska, bastión de Sara Palin, ícono del ‘Tea Party’, opuesto al moderado Romney, vale destacar la victoria clave del millonario en Ohio. Estado industrial que atrajo la mayor presencia y cantidad de publicidad de la contienda, recordando que la regla inalterable indica que ningún republicano ha llegado a la Casa Blanca sin ganar Ohio.
El ex senador por Pensilvania, líder del ala dura, Rick Santorum, abogado y economista, obtuvo la mayoría de delegados en Tennesse, Oklahoma y Dakota del Norte. Santorum es, por estos momentos, la opción ultra conservadora para destronar a Romney.
Por último Newt Gingrich, obtuvo la victoria en su estado natal de Georgia, permitiéndole a su campaña mantenerse en pie, por lo menos por el momento, regresándole a la competencia en la que parecía había perdido todas sus posibilidades, como corolario se da por hecho, que contará con protección del servicio secreto, asignada por el Gobierno estadounidense únicamente a los candidatos «con posibilidades».
En los corrillos del ala dura republicana se da por cierto que el único candidato anti Mitt es el ex senador por Pensilvania, y dan por descontado que en el caso de que Gingrich abandonase la carrera sus delegados se encolumnarían tras Santorum
Ahora los números fríos, Romney se llevó al menos 183 delegados de los 419 que estaban en juego en el ‘Súper Martes’. Santorum obtuvo al menos 64, Gingrich 52 y Ron Paul 15. Aún quedan unos 100 por asignar, aunque Romney y Santorum podrían quedarse con la mayoría si no con todos ellos.
Con eso el exgobernador de Massachusetts tiene 386, más que todos sus rivales juntos, un total que incluye respaldos de miembros del Comité Nacional Republicano, que automáticamente asisten a la convención y pueden apoyar al candidato que elijan. Santorum tenía 156 delegados, Gingrich 85 y Ron Paul 40.
Los republicanos decidieron cambiar el sistema antiguo en el que el ganador en un estado se llevaba todos los votos electorales de ese estado y los iba acumulando, al momento la mayoría de los estados adoptaron una fórmula que otorga los votos electorales de manera proporcional según el porcentaje en las urnas, situación que al día de hoy no se consolide el candidato, sin siquiera permitir el comienzo de campaña opuesta al presidente Obama.
Indudablemente esta reñida contienda no hace otra cosa que favorecerlos planes del actual mandatario la definición podría llegar en agosto en el devenir de la Convención Nacional Republicana en Tampa, Florida, que se llevará a cabo del 27 al 30 de agosto, convirtiéndola en un evento competitivo en lugar de lo que usualmente es, la coronación del candidato triunfante en las primarias.
El verdadero ganador hasta el momento, sin duda alguna, es el presidente Obama, el único beneficiario del momento político americano, ya que la división que impera en los republicanos y la inusual virulencia, que los lleva a un desgaste enfermizo con el que transitan su proceso interno, dejan a Obama en la privilegiada posición de único jugador, con las mejores cartas, veremos si es capaz de jugarlas a ganador.