A días de los comicios presidenciales en Panamá, aún no se ha desvelado el enigma, José Domingo Arias, del oficialista Cambio Democrático, Juan Carlos Navarro, del Revolucionario Democrático, y Juan Carlos Varela, vice del actual presidente Martinelli, del Panameñista, transitan los últimos metros. A días de los comicios presidenciales en Panamá, aún no se ha desvelado el enigma, José Domingo Arias, del oficialista Cambio Democrático, Juan Carlos Navarro, del Revolucionario Democrático, y Juan Carlos Varela, vice del actual presidente Martinelli, del Panameñista, transitan los últimos metros, ante la incertidumbre de quien será el futuro mandatario, algunos analistas dan por descontado el triunfo de Arias, otros en cambio, lo ven en fuerte retroceso, lo que si parece inevitable es que ninguno llegará al 50 por ciento, más uno de las preferencias lo que lo llevaría a ser el inquilino del Palacio de las Garzas. Vale recordar que la segunda vuelta electoral, impulsada por el actual presidente Ricardo Martinelli, Partido Cambio Democrático, resulta polémico artículo de los 97 que conforman la reforma, causa principal de la ruptura de su alianza con el Partido Panameñista que lo catapultó al poder en el 2009.
Días de definición nos esperan, con el voto de la militancia atesorado, analistas afirman que alrededor de un 11 por ciento de la población, puede cambiar sobre la marcha su candidato, agregando a jubilados, jóvenes e indecisos, que suman aproximadamente el 10 por ciento,situaciones reconocidas como voto útil, pues no reparan en la militancia, ni se percibe como consecuencia de un profundo análisis de las propuestas, sin siquiera ser independiente, vista como inducida cuya realidad contrastable sería meramente pragmático. Mientras tanto la ciudadanía vía medios tradicionales y redes sociales revelan desde compromisos de consolidación democrática, hasta recurrentes frases que emanan de los debates, foros, actos oficiales, como , casi, unánimemente «Vota por nuestra nómina».
Al momento y en contraposición a prioridades de la campaña anterior, y ante el debilitamiento de las reglas del juego en democracia, ha derivado en que el tema de la institucionalidad sea actualmente prioridad uno en los debates públicos, desplazando escalones abajo, al de la canasta básica y la inseguridad.
Los principales candidatos así se han pronunciado Juan Carlos Navarro, candidato postulado por el Partido Revolucionario Democrático, impulsaría una marcada mejora la gestión pública, a los efectos de que el ciudadano relacione democracia con un plus diferencial de su calidad de vida.
Juan Carlos Varela, quien encabeza la nómina «El pueblo primero», conformada por el Partido Panameñista y el Partido Popular, en su plan de fortalecimiento de la democracia y del Estado de derecho, denominado «Renovar la república», impulsaría un nuevo pacto social que garantice los derechos políticos, económicos, sociales y culturales. Este pacto incorporaría mecanismos de participación ciudadana, fórmulas de control constitucional accesibles a la ciudadanía y limitantes del poder político.
José Domingo Arias, candidato postulado por el partido oficialista, Cambio Democrático y por el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista, afirma que en su gobierno no va a «politizar el tema de la institucionalidad», sino que la «gobernabilidad» sería su «nuevo estilo aspirando a cambiar un «modelo del control jerárquico», por uno que involucre la no intervención entre los órganos del Estado.
Corrupción-Transparencia tema urticante si los hay,los candidatos no dejan de lado su postura, así, Juan Carlos Varela promete que por ley eliminaría la prescripción de los delitos de corrupción. Igualmente establecería mecanismos periódicos de rendición de cuentas para las entidades públicas y para las privadas que brinden servicios públicos o administren fondos públicos.
Juan Carlos Navarro determina reformar la Ley 59 de 1999, a fin de obligar a las autoridades a auditar periódicamente las declaraciones patrimoniales de los altos funcionarios, no solo al principio y al final de su gestión. El problema, radica en que las declaraciones actuales no son de acceso público, ya que dicha ley no lo exige.
Por su parte, Arias propone «asegurar la debida adecuación y fortalecimiento de la autoridad anticorrupción».
Al momento los candidatos que aspiran con fundamentos llegar a la presidencia prometen crear más normativas contra la fragilidad administrativa, sin embargo ninguno ha propuesto ejecutar las medidas para que la Ley 6 de 2002 de transparencia (fundacional revolucionaria en su tipo en la región) cumpla el fin para el cual fue creada y se ejecuten sus mecanismos sancionatorios administrativos y judiciales, ya existentes.
En cuanto a la descentralización, que busca fortalecer los gobiernos locales como motor diversificado del desarrollo,tema relevante, por el que se platica en demasía, y se retacea bajar a papel, donde Canadá, precursor, ostenta primacía,Navarro y Varela se han comprometido a implementar la Ley 37 de 2009, de descentralización, que fuera «congelada» a petición del Ejecutivo hasta el 30 de junio de 2014. Por otra parte Arias, propone como el «vehículo para atender necesidades que el Ejecutivo no alcanza en su diario quehacer. No existen dudas que la Madre de todas las batallas se librará el 4 de mayo próximo en la provincia de Panamá que concentra 57 por ciento del padrón y será quien alquile el Palacio de las Garzas aquel que sea capaz de arrasar en la capital y sus alrededores.
Solamente queda esperar los acontecimientos, devenidos en el bien común del pueblo panameño.