Elecciones venezolanas: juego de dados cargados

He tenido en días recientes varias conversaciones con gente de relativo alto nivel, en las cuales, indefectiblemente, llegamos al tema del evento electoral presidencial del año próximo. Advierto en mis contertulios más angustia que disposición al análisis crudo. Confieso, a ustedes, que intento racionalizar la situación, pero Venezuela vive de desespero en desespero. Y, déjenme decirles que, en verdad, en lo electoral, hay suficientes razones para la preocupación. He tenido en días recientes varias conversaciones con gente de relativo alto nivel, en las cuales, indefectiblemente, llegamos al tema del evento electoral presidencial del año próximo. Advierto en mis contertulios más angustia que disposición al análisis crudo. Confieso, a ustedes, que intento racionalizar la situación, pero Venezuela vive de desespero en desespero. Y, déjenme decirles que, en verdad, en lo electoral, hay suficientes razones para la preocupación.

En mi caso, sucede que una prestigiosa fundación capitalina me permitió el privilegio de la participación en un libro a varias manos, a publicarse el año próximo. Uno de sus promotores me sugirió el tema de la prospectiva política. Se me pidió un cuadro y entendí que debía trazar un mural. Escribí mucho más de lo que el espacio permitía. Lo que voy a referir ni ha sido ni será publicado. Sólo algunos lo conocen, entre ellos un ex funcionario electoral de alto nivel. Lo relevante: sólo eventos extraordinarios o un cambio medular del modelo de acción política opositora permitirían un triunfo de las fuerzas democráticas opuestas a Chávez.

El trabajo prospectivo lo hicimos en dos niveles. El que nos interesa aquí –el otro es el que se va a publicar- remite a lo electoral. Consistió en reconocer ciertas condiciones de entorno; observar sus condiciones extremas; identificar los retos y riesgos de la situación; para, entonces, establecer los escenarios posibles. Todo ello, con base en un modelo cualitativo, susceptible a consultas perceptivas a informantes calificados, acerca de los componentes necesarios a la acción política de cara a unas elecciones en el preciso contexto venezolano.

El modelo incluye cuatro grupos de variables. Uno de ellas destaca: las condiciones electorales. En la opinión de algunos consultados, ese valor podría llegar a ser el 55% de la explicación de los resultados del año próximo. Hay opiniones que lo sitúan en valores menores, pero todas lo señalan como el más importante. Lo que estoy queriendo decir es que, hágase lo que se haga, en las condiciones actuales, y sin la presencia favorable de los eventos sugeridos en el segundo párrafo, los resultados serán lo que las condiciones electorales permitan y no lo que los electores decidan. Debo decir que en el pasado reciente ya he estado en situaciones así.

De los tres escenarios disponibles, sólo mencionaremos el intermedio o tendencial. Lo llamamos “Juego de Dados Cargados”. Es decir, de incertidumbre respecto a los resultados, por la precariedad de las condiciones electorales y otros factores adversos. O sea, que además de lo electoral, otros grupos de variables tampoco funcionan bien. Sí hay, entonces, factores objetivos para la angustia.

Hay dos grandes atributos relativos a los manejos de las partes en disputa que deben ser considerados en este momento del análisis: uno, la vocación y largo historial de conducta arbitraria del régimen, con especial concentración en la colonización institucional: todas las instituciones públicas, incluida la electoral –un poder “autónomo”- han sido apropiadas por el Estado; otro, un complejo de situaciones que retratan las condiciones en las cuales juega la oposición: cohabitación y riesgos de colaboracionismo y vacíos en la acción social y política.

Sobre las contingencias –el “quinto” grupo de variables- no suelo hipotetizar o teorizar. Sin embargo, en la situación actual pesan las implicaciones políticas y electorales del proceso personal del Presidente; diversos riesgos asociados a la compulsión a la perpetuación del régimen, por la vía de cambios radicales en las condiciones políticas; la inducción al miedo; la corrupción; la posibilidad de candidaturas diferenciadas; una inesperada participación electoral; etc. Sean cuales sean los resultados finales de la presencia de unas u otras, son el “todo lo demás” de los modelos matemáticos, sólo excepcionalmente convertido en decisivo.

No soy optimista. Aunque elaboré el escenario correspondiente. Factores de lado y lado de la política me hacen asumir una expectativa negativa. Me alegraría equivocarme. Pero, hay razones para la angustia. También para avanzar los escenarios derivados.

* Santiago José Guevara García

(Valencia, Venezuela)

sjguevaragarcia@gmail.com / @SJGuevaraG1, en Twitter

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Elecciones venezolanas: juego de dados cargados

Santiago José Guevara*

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