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EL NUEVO MODO

Economía XXXIV

Manual de instrucciones. Vamos a lo práctico de la Serie. Tan sencillo como posible. Nos toca –tal como prometido- aterrizarla. Ella debe ser útil también en la acción política del día a día. Manual de instrucciones. Vamos a lo práctico de la Serie. Tan sencillo como posible. Nos toca –tal como prometido- aterrizarla. Ella debe ser útil también en la acción política del día a día.

Ir a una transición, como la que propugnamos, implica salir de una situación insatisfactoria y marchar a otra, distinta y mejor. Por ello, y por lo ya planteado del permanente celo por la plena legitimidad, esa acción debe definirse con relación a ambas.

Las transiciones –se ha estudiado ampliamente- no son procesos inmunes a las comparaciones y juegos de poder y, con ello, a turbulencias, retrocesos y fracasos. Interesa, pues, el permanente trabajo de dejar atrás lo indeseado, derrotándolo.

El “Modelo de Gestión Política” para ello –consta en artículos previos a la Serie- debe combatir la situación de partida (dictadura, totalitarismo, autoritarismo, populismo, etc.) y ensalzar la de destino (consolidación política y económica nacional).

Es tema de todos los días, no de campañas electorales. Y el objetivo no es lograr curules o cargos, sino vaciar políticamente al adversario permanente y desplazarlo. Es aplicar extensa e intensamente nuestro concepto de “vaciamiento político” del totalitarismo u otros sistemas indeseables.

Con dependencia del momento del proceso transicional –que arranca en el régimen a superar- se pasará del énfasis en: 1) la tensión y la lucha organizada, a 2) la construcción y la búsqueda de la habituación democrática y el éxito económico.

En lo concreto, se pasa de:

1) la acción cultural (valores y conceptos), social (organización) y política (lucha prolongada) de superación de la situación de partida, a

2) la asunción y ejercicio pleno de gobierno, la construcción institucional, las reformas permanentes, la amplia gerencia pública y social, la maduración y afinación de los resultados permanentes en todos los ámbitos, etc.

En la primera fase, cuatro manejos al menos:

1) Crítica al modelo político a superar y “venta” del que se procura (es la apreciación de los valores y conceptos democráticos y la posibilidad de bienestar material). La comparación entre ambos debe dar buen rédito político.

2) Desmontaje opinático del sistema electoral (no una ley, sino el sistema todo), pilar principal del régimen y propuesta completa de otro, plenamente democrático (y competitivo: las elecciones son el “control de calidad” de los gobiernos).

3) Procura del nuevo bloque social hegemónico y demostración de su superioridad (es la idealización –la historia hará la concreción- de la confluencia de fuerzas para la consolidación. Nunca será una única fuerza. La inocencia de decir, por ejemplo, que deben gobernar solo gerentes. O el error de dejar todo en manos de los políticos).

4) Demostración del valor del ideario y la agenda precisa de reformas institucionales y políticas públicas (crucial: se debe mostrar superioridad, para lo cual, apoyarse en las propuestas propias y los casos exitosos conocidos).

En la segunda, se deberá:

1) Preparar anticipadamente, implantar y asegurar el buen ejercicio de gobierno. Hemos hablado de factores de gobernabilidad relevantes a fines transicionales y hemos mencionado seis factores-clave de éxito.

2) Privilegiar el montaje del programa transicional, tanto en lo político como lo económico, por intermedio del canal de la Reforma Política e Institucional. Es el pivote de la transición, una vez en el gobierno. El Estado de Derecho pleno debe ser base y garantía del proceso. Por ejemplo, -solo como ejemplo- de cara al bandidaje oficialista y socios, ninguna privatización debe darse sin el marco que las norme.

3) Iniciar un programa integral acelerado de cambios a diversos plazos (incluye la implantación de los factores de éxito de una nueva gobernabilidad, incluidas las instituciones que se ocuparán del largo plazo. También hemos escrito sobre eso en artículos previos a la Serie).

Para terminar este primer artículo de los siete sobre temas prácticos, refiero algunas ideas de un reciente ejercicio académico en el cual, con aficionados a la comunicación, revisábamos, a fines de la acción cultural arriba mencionada, algunos temas propios de este tipo de procesos.

El criterio de éxito era definir apropiadamente, socráticamente, en detalle, la situación en la cual nos encontramos y definir cuál situación deberíamos alcanzar, con mención a los atributos necesarios a la acción para lograrlos:

1) Definición rigurosa de la situación, en detalles, sistematizada.

2) Precisión de responsables, en visión de largo plazo.

3) Mención y prospección de los tipos de agentes necesarios para el cambio.

4) Definición de la venta de sus atributos.

5) Precisión y “vulgarización” (potabilidad) de la oferta de futuro.

6) Definición y ponderación de la hoja de ruta para su logro.

Seguiremos. Venezuela necesita cambio y lo necesita con urgencia. Planteado el camino práctico, toca a todos asumirlo e ir permeando, día a día, tanto la sociedad, como la política. De eso depende nuestro futuro.

*Santiago José Guevara García

(Valencia, Venezuela)

[email protected] / @SJGuevaraG1

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