Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

EL NUEVO MODO

Economía XXVIII

Definir e identificar bien el liderazgo necesario. Comenzamos a acercarnos al final de la serie. Venezuela se acerca al final de un ciclo, que muestra sus límites desde meses; pero, que no encuentra ni las condiciones, ni los procesos que permitan superarlo. EL NUEVO MODO

ECONOMÍA XXVIII

Definir e identificar bien el liderazgo necesario. Comenzamos a acercarnos al final de la serie. Venezuela se acerca al final de un ciclo, que muestra sus límites desde meses; pero, que no encuentra ni las condiciones, ni los procesos que permitan superarlo. No ha logrado aún la metáfora y el liderazgo necesarios. No los ha logrado.

En enero de este año, con relación a la economía, dijimos que el país se encontraba en una “situación límite”, con colapsos crecientes. Lo hicimos junto a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Carabobo y a título personal. Hoy, hay un “crescendo”: el país revienta de calamidades.

Propusimos el diagnóstico específico necesario, no la conocida manipulación de economistas de la banca de inversión o asesores electorales, con base en cinco dimensiones de la problemática, y prometimos un plan de acción, que hemos presentado y que continuamos desarrollando.

Y lo repetimos: el país revienta. Pero, eso no importa ni al oficialismo, ni a la “oposición” partidista, expresada en la cúpula de la llamada Mesa de la Unidad Democrática. Nos toca a otros ocuparnos del asunto.

El país está, en el discurso político, frente a un entorno falseado y, en la terrible realidad de su situación, frente a dos escenarios extremos. El sistema dominante –adicto interesado a las elecciones- quiere remitir la problemática a un asunto de recomposición electoral. Mientras, el entorno real cruje y no se atiende.

En ese entorno, hay solo dos escenarios: 1°) la recomposición del actual sistema, para su supervivencia y mayor dominación y ruina nacional, o 2°) una forma cualquiera de transición: solo económica (tipo China), o económica y política (como sugerimos en esta serie).

Vemos dos lógicas de actuación o sistemas enfrentados, de cuya resolución surgirá el escenario dominante en un futuro próximo: por un lado, el sistema imperante en la Venezuela conocida: los acuerdos de reparto rentista de cúpulas ilegítimas y, por el otro, la irrupción de un aún nebuloso y descuadernado espíritu de cambio inspirado por un compromiso sustancial con la democracia y/o el mercado.

Sin duda alguna, en contra de la opinión interesada de de la “oposición” partidista, la ventaja la lleva el régimen. Pues, para lo dicho, tal como planteado en el artículo anterior, el término clave es el liderazgo.

Y explicamos: decimos liderazgo y no partidos. O sea, trasladamos la responsabilidad del cambio necesario en Venezuela del cascarón conveniente de los partidos –hay que aparentar democracia- al nivel de la responsabilidad de individuos y grupos diversos dotados de ciertas características favorables al cambio. El partidismo venezolano perdió toda fuerza transformadora a lo positivo.

Paradójicamente, esos otros individuos y grupos tendrán como cometido final de su acción la recomposición de la institucionalidad y sus sectores participantes –partidos y otros-, de modo de expresar y propugnar la mayor democracia y el mayor mercado necesarios.

Y estemos claros –es tarea dura, en la realidad de desesperanza actual- en que los partidos y su dirigencia visible atienden a otra lógica, inconveniente a los fines generales de la nación venezolana.

Ahora, cuál sea ese liderazgo será asunto de la sujeción a esos cometidos. Fíjense que no partimos de la resignación de dar por bueno lo que el actual liderazgo tenga entre manos, sino que nos exigimos calificar de líder a quien esté dotado del preciso proyecto de cambio necesario.

Claro que en los partidos actuales hay individuos con esas características. Pero, no son los que marcan la impronta. Lo más importante es que también los hay en el mundo empresarial, de la iniciativa social, académicos, profesionales, sindicatos y la Fuerza Armada Nacional. Si el cambio está en ellos, les tocará la tarea de los cambios transicionales necesarios.

Esos cambios han sido el objeto de esta Serie. Venezuela requiere internalizar con urgencia la metáfora transicional. Su manejo en los últimos cuatro años, en los niveles de la ignorancia o la manipulación, ha impedido el desarrollo apropiado del concepto y de las múltiples derivaciones reales relacionadas.

El manejo de cuáles son las condiciones y procesos para una transición integral a la democracia y el mercado, y las exigencias mutuas entre ambos, será, entonces, la marca distintiva de ese liderazgo.

¿Qué hay en el mundo al respecto? Solo como muestra podemos referir que China ha podido avanzar notablemente en su dinamismo económico; pero, presenta carencias, que comienza a superar, en planos de interés a la democracia. Los llamados “tigres bálticos” parecieran manejar un mejor resultado conjunto. Chile y España, con evoluciones económicas dispares, muestran resabios o anclajes autoritarios y retrocesos en la calidad democrática. Venezuela y Nicaragua sufrieron regresiones democráticas que hoy las mantienen detrás del telón de hierro.

Los detentadores de la “marca distintiva” referida deberán dotarse de conocimientos sólidos o referencias tanto sobre las elaboraciones rigurosas en las líneas de la “Transición a la Democracia” y la “Transición del Comunismo al Mercado”, que son las dos únicas –sí las únicas- de sello transitológico en la literatura universal, como sobre los procesos que nos interesan, el detalle de las situaciones, problemas, medios, acechanzas, etc., en cada tipo de evolución observado.

En trabajos anteriores a la Serie nos hemos interesado por algunos de los atascos conocidos. En artículos posteriores nos ocuparemos de otros. La exigencia es de identificar, para luego operacionalizar, todas las realimentaciones virtuosas entre procesos políticos y económicos; la mayor parte de ellos, como tantas veces dicho, por la vía del desarrollo institucional, pero, también con el desarrollo cultural y social.

Todo ello, como tarea, tanto en la reflexión y elaboración conceptual y operativa, como en la acción política urgente. La nación –la gente- venezolana no aguanta más y el sistema perverso imperante –régimen y partidos “opositores”- quiere someterlo a su lógica utilitarista ilegítima, cada vez más abiertamente delictiva. Se busca líderes de todos los sectores.

* Santiago José Guevara García

(Valencia, Venezuela)

[email protected] /@SJGuevaraG1

Más información

Scroll al inicio