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EL NUEVO MODO

Economía XVIII

Promoción estatal y de los gobiernos descentralizados. El país revienta de deterioro y malestar. Si el régimen domina aún la escena y puede darse el lujo –como lo hace- de profundizar su proyecto autoritario es por la debilidad y, en casos, clara complicidad, de su “oposición” política. Promoción estatal y de los gobiernos descentralizados. El país revienta de deterioro y malestar. Si el régimen domina aún la escena y puede darse el lujo –como lo hace- de profundizar su proyecto autoritario es por la debilidad y, en casos, clara complicidad, de su “oposición” política.

Del régimen salirse con la suya, como hasta ahora, es de esperarse una expoliación y una miseria aún mayores y la continuación de la vergonzosa historia de un refugio comunista obsoleto en América Latina: antes, Cuba; ahora, Venezuela.

Triste destino, siendo, como es, un país tan rico en recursos y condiciones y tan importante para el fortalecimiento del mundo libre. Por cierto, para ese proyecto trabajamos. Para un país triunfante en un mundo de libertades.

Triunfante –precisémoslo- en el bienestar de su gente; pero, también en su posicionamiento internacional. Sin fantasías mundialistas, como antes y en la comedia bufa chavista, pero con clara vocación de éxito.

Por eso hablamos de una transición a la democracia y el mercado. Al pleno desarrollo republicano y a una economía mixta, en el sentido original samuelsoniano y no en el supuesto “modelo mixto”, que pregonan ahora el régimen y sus mediocres publicistas.

Desde hace tiempo hemos estado mostrando nuestra preocupación por el abandono del tema de la producción nacional, incluso mucho después de evidenciado el fracaso del modelo económico chavista inicial, que describiéramos en este mismo espacio hace varios años: destrucción de la producción interna –por fines de control político- y apoyo en la renta petrolera para financiar importaciones.

El régimen ha aparentado responder a la situación. A su modo: con propaganda. Anuncios y más anuncios y ninguna acción concreta; mucho menos, la muestra del modelo en el cual se basarán para revertir la destrucción causada y relanzar la producción nacional.

Ayer, miércoles 22, los medios informaron de un ministro que habló del diseño de un plan productivo y de desarrollo territorial. Hoy, otro dice que busca “equilibrar” la producción agrícola. Antes, se ha hablado de diversas supuestas acciones con nombres altisonantes, que no han llegado a nada.

Pero, la realidad es de un país que cada vez produce menos –segundo año recesivo y una mayor contracción del PIB- y no dispone ni del entorno –general y específico- para la tarea, ni de la capacidad de gestión para revertir el estado de cosas. No hay la presencia de una iniciativa gubernamental seria frente al problema.

Nosotros, en esta serie hemos trabajado explícitamente el tema en cuatro artículos. Y en éste y otro la continuamos. Nos referiremos hoy a las tareas de promoción de la producción por el Estado nacional y los gobiernos descentralizados. De estos últimos vale decir que la trama productiva nacional ganaría mucho con la asignación a estados (provincias) y municipios de obligaciones específicas relativas al fomento de la producción.

El modelo para el Estado se compone de al menos cuatro componentes: instituciones y leyes, políticas, promoción propiamente dicha y regulación profesional. Los gobiernos descentralizados deberán disponer de recursos –incluidos los financieros, no para cualquier uso- y asumir tareas de promoción, complementación y gestión de las iniciativas productivas, dentro de un marco estricto de competencias.

De lo primero, algo hemos referido y otros componentes serán abordados después. Hoy nos interesa un único aspecto de la promoción: la financiera. El Estado debe apoyarse en un nuevo sistema financiero privado, mucho más competitivo –incluso abierto a bancos extranjeros- para el financiamiento de la actividad privada y abandonar la fracasada tarea de permanente financista de productores maulas, tanto públicos como privados.

Venezuela tiene una larga historia, con la Corporación Venezolana de Fomento, el Banco Industrial, Corpoindustria y otros entes públicos, en varios sectores; los cuales, en todos los casos, han servido para transferencias de rentas –incluso en el plano de la ilegalidad- a amigotes o aprovechadores de oficio. El financiamiento del sector productivo deberá ser asunto de la banca privada.

Tal como dicho en el artículo anterior, el Estado no está para beneficiar a grupos o individuos de intereses especiales, sino para servir a los intereses generales. A lo máximo que deberá llegar el Estado en tareas financieras de apoyo a la producción es a un banco de segundo piso, como medio excepcional de provisión de fondos al sistema bancario. En todo caso, por lo novedoso, es algo sujeto a discusión, junto a, al menos otro fondo, para otros fines, previsto en nuestros planteamientos.

Los gobiernos descentralizados, en un esquema compartido y de eventual complemento con otros cercanos, basado en potestades tributarias directas o indirectas, mejoradas respecto a lo conocido, deberán garantizar la apropiada prestación de servicios al sector productivo y la asunción de tareas de fomento y gestión –bajo un esquema que referiremos a continuación- de las aglomeraciones productivas de su territorio. Al respecto manejamos los conceptos de “clusters locales” y del esquema de gestión que hemos llamado el “ménage à quatre”, que incorpora al gobierno local o provincial y local a la cogestión de la aglomeración.

Las posibilidades productivas locales, bajo el concepto indicado, deben ser del manejo de los gobiernos descentralizados. Cada localidad, nos lo dice la experiencia, cuenta con una lista amplia de potenciales clusters, que son tanto oportunidades a aprovechar y potenciar, como la cantera de empresarios para retos mayores.

Tema para mayor tratamiento. En desarrollo. La producción es el músculo de los países. El régimen decidió acabarla. No hay ningún indicio de que pueda asumir el reto de relanzarla. Nos toca a otros asumirlo.

* Santiago José Guevara García

(Valencia, Venezuela)

[email protected] / @SJGuevaraG1

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