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EL NUEVO MODO

Economía XIX

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

Proyección externa de la producción nacional. El régimen dice plantearse el relanzamiento de la producción nacional con la finalidad de sustituir importaciones. Loable, pero obsoleto propósito, solo justificable por la profunda destrucción de la producción interna previa bajo su mando. Proyección externa de la producción nacional. El régimen dice plantearse el relanzamiento de la producción nacional con la finalidad de sustituir importaciones. Loable, pero obsoleto propósito, solo justificable por la profunda destrucción de la producción interna previa bajo su mando. Debería ser hoy una etapa superada.

Tal como dicho en “Economía XIV”, en ALC, para lo productivo, “hay análisis diversos, planteados parcial y separadamente, pero que no terminan de concretarse en una propuesta productiva integral; como lo fue, en su momento, el modelo de sustitución de importaciones de la vieja CEPAL”.

Nuestro análisis –lo sintetizamos- se plantea aprovechar ventajas comparativas para la exportación, presentes o a desarrollar, el desarrollo o la participación en cadenas globales de valor y el desarrollo de lo que llamamos “aglomeraciones territoriales competitivas”, en nuestro territorio, ligadas a esas cadenas.

Recuerdo, de nuestros primeros trabajos profesionales, en los comienzos del boom de los ’70, la observación, por intermedio de la Matriz de Relaciones Interindustriales, de la Matriz de Leontief, la muy baja integración entre sectores que deberían estarlo: por ejemplo, minería, metálicas básicas, metalmecánica, partes automotrices y productoras finales de vehículos.

Eso mejoró. En un esquema débil. Nunca llego a haber unas cadenas, complejos, redes supranacionales, etc., en los cuales el país asentara un dominio diferenciado frente a similares o competidores. En la economía y los negocios hay que tener espíritu de liderazgo. Y tenemos recursos naturales y condiciones geográficas, junto a otros, para ello.

Tuve la fortuna de dirigir varias cátedras y seminarios en mi Escuela de Economía (Universidad de Carabobo. Valencia, Venezuela); entre las cuales, la de Recursos Económicos –incomprendida por muchos-, la de Teoría y Métodos de la Planificación y el Seminario de Planificación Estratégica. Muchas de las viejas reflexiones y elaboraciones son de gran utilidad ahora.

Evalúese, como referimos en artículo anterior, el amplio conjunto de recursos y condiciones del extenso oriente del país, Guayana y la fachada atlántica. Piénsese de cara al Caribe Oriental, la cara norte del Atlántico sudamericano, el norte de Brasil, Europa y África occidental. El gran complejo urbano-industrial posible a partir de sus posibilidades aún no ha sido planteado en toda su profundidad y extensión.

Pásese a la zona occidental y reúnanse los potenciales de Paraguaná, el Golfo de Venezuela, la Planicie de Maracaibo, el Sur del Lago, la cara norte de los Andes, la Costa Oriental del Lago y Maracaibo, como un centro urbano dinamizador de la amplia región, para exportaciones agrícolas, agroindustriales, de productos y servicios turísticos, etc.; además de los ya existentes.

Váyase a los amplios llanos occidentales y la cara sur de los Andes. O a las sabanas de todos los llanos, las sabanas inundables del norte y el sur del Apure y el Orinoco, el conjunto de servicios posibles en el centro del país, desde la Costa Oriental de Falcón hasta Barlovento y todo el eje urbano-industrial desde el norte de Cojedes hasta Caucagua. Piénsese en el potencial agrícola de Lara-Yaracuy. O las posibilidades insulares. Y así, un interesante etcétera.

Piénsese en todo ello, tal como dicho, en función de recursos y condiciones. Pero, es solo para saber con lo que contamos en esos planos. Sin embargo, que quede claro, no es ahí donde está el quid del asunto.

Como dicho, la lógica es inversa: es dominar nichos de mercado, no recursos. Es el gran salto conceptual necesario. Identificar, para aprovechar, todos los nichos mundiales posibles, con la apropiada prospección y en el contexto de una política industrial (sectorial, queremos decir) dotada de una capacidad de gestión avanzada, con la exigencia y el poder –liderazgo fuerte, instituciones, gestión del día a día- para crear o inducir el complejo amplio de recursos y condiciones (más allá de los naturales) necesarios al pleno éxito de la política de promoción de la producción nacional.

Sí es posible. Lo hemos trabajado. Pero, hemos llegado hasta dónde la exigua capacidad política nacional imperante lo ha permitido. Mantenemos relaciones con instituciones líderes mundiales para esas tareas. Llegamos a ensayar y avanzar (poco, por la misma incapacidad) acuerdos con empresas de rango global como los que ahora proponemos. Lo discutimos mucho en nuestro grupo alrededor de la Cátedra de Modernización y Competitividad de la maestría para diplomáticos de la vieja Cancillería. Esos intangibles –y los de muchos otros, en cualquier parte- son de absoluta utilidad en los tiempos que deberían venir.

La finalidad de todo lo anterior, como dicho: exportaciones (de cara al mundo), cadenas (en asociaciones de suma positiva) y desarrollo territorial (vía conglomerados). Ése es nuestro modelo.

Pues bien, con este artículo concluimos los varios dedicados al tema productivo. Tema prioritario y urgente al país. Dejamos algunos asuntos sin desarrollar. Estimamos necesario avanzar a otros, en respuesta a los requerimientos de la serie.

Al régimen, un desafío: los últimos seis artículos son nuestro modelo para asumir el reto productivo nacional. ¿Cuál es el de ustedes?

* Santiago José Guevara García

(Valencia, Venezuela)

[email protected] / @SJGuevaraG1

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