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AMÉRICA EN FOCO

Detrás de la presa

Por si hiciera falta en confirmar que la región se ha convertido en la presa más deseada por las potencias del globo, el gigante despierto, representado por su primer ministro, Wen Jiabao, propuso al Mercosur analizar la factibilidad de armonizar un área de libre comercio común. Por si hiciera falta en confirmar que la región se ha convertido en la presa más deseada por las potencias del globo, el gigante despierto, representado por su primer ministro, Wen Jiabao, propuso al Mercosur analizar la factibilidad de armonizar un área de libre comercio común.

Jiabao formalizó la propuesta por medio de una videoconferencia desde Buenos Aires, junto a la presidenta argentina, Cristina Fernández, y con los mandatarios de Brasil, Dilma Rousseff, y de Uruguay, José Mujica.

En el diálogo no participó ningún representante de Paraguay, país sin relaciones diplomáticas con China, y miembro del Mercosur, pero suspendido en su derecho de participar en las reuniones del bloque tras la destitución del presidente Fernando Lugo.

La declaración propuesta por China también incluye un compromiso mutuo de «reforzar la comunicación y confianza estratégicas» y «profundizar la cooperación» en todos los campos, incluido el comercial, con vistas a duplicar para 2016 el volumen de los intercambios respecto a los del año pasado.

Los argumentos vertidos por los mandatarios sudamericanos se pueden resumir en el acercamiento que ofrece China es un desafío ya que esta alianza, de concretarse, debe forjar una «relación equitativa y compensatoria, el proyecto del Mercosur ni por asomo está terminado. Este desafío nos pone una especie de norte porque todos sabemos lo que significa China y no hay que disimularlo: es el gran comprador y el gran vendedor de la propuesta china representa una «oportunidad histórica» para el Mercosur y se mostró confiada en llegar a acuerdos que combinen los intereses de ambas partes es prioritario estrechar la cooperación con China, en particular en un «escenario de crisis internacional, que parece extenderse.

Sabido es que China está interesada en ampliar aún más las inversiones mutuas y la cooperación financiera» con el Mercosur y propuso celebrar un diálogo entre los cancilleres de China y de los países del bloque suramericano en la segunda mitad del año para coordinar posiciones sobre temas regionales e internacionales

El optimismo que mostraron los jefes de Estado del Mercosur ante la propuesta no es el mismo que bajaron a papel economistas y diplomáticos, que conocen a fondo al gigante asiático. Sabido es que un acuerdo de libre comercio no es una herramienta sencilla de efectivizarse y contando con menos posibilidades al momento en que intervienen varios países de un bloque regional tan heterogéneo como es el caso que nos ocupa -Brasil-Argentina-Uruguay.

Vale con remitirse a las pruebas, han pasado más de diez años de ardua negociación entre el Mercosur y la Unión Europea, y el pescado sin vender, al día no se ha podido convalidar el acuerdo, debido a diferencias de criterio a la hora de establecer convenios comerciales entre los distintos rubros de las economías que están en juego. Los miembros del bloque, como contrapartida plantean una estrategia más proteccionista y evalúan la posibilidad de elevar las barreras arancelarias al 35%, máximo exigido por la OMC.

China es uno de los principales socios comerciales del Mercosur al que compran especialmente granos y alimentos a cambio de productos con alto valor agregado. En el 2011 China exportó 48.451 millones de dólares, un 34,5% más que en el 2010, mientras que importó desde el bloque por 51.033 millones de dólares, el balance positivo surge de la incidencia del volumen de comercio entre China y Brasil, por el contrario Argentina y Uruguay mantienen un déficit comercial con el gigante asiático.

En América Latina sólo Chile y Perú han rubricado un acuerdo de libre comercio con China, mientras que Colombia se encuentra en los umbrales de confirmarlo, en un mundo cada vez más agrupado en bloques -la misma China acaba de firmar un acuerdo con los países del Asia y Pacífico- sería positivo un TLC con el Mercosur. Pero además del factor Paraguay, las fallas del Mercosur económico y comercial son enormes. Su experiencia en zonas de libre comercio con terceros países es pobrísima, si apenas si está terminado un TLC con los israelíes. Y persisten enormes asimetrías entre los fuertes y débiles socios, tan es así que de ahora en más lo que suceda dependerá de Brasil, que exporta materia prima a China, como lo hace la Argentina, además de petróleo y minería e importa grandes cantidades de productos industriales. Un TLC con China sería beneficioso en un mundo que tiende a jugar en bloque, recordemos que hace unos años Brasil y Argentina imponían mecanismos para frenar precisamente la avalancha de productos chinos. Más abiertos, los uruguayos, buscaban por su lado TLC con terceros países que el bloque le prohibía; y los reclamos de los paraguayos ni siquiera eran oídos. El primer ministro de China, Wen Jiabao, acordó con mandatarios de países del Mercado Común del Sur (Mercosur) una asociación estratégica global, como alternativa ante la crisis financiera internacional, la delegación china calificó como fructífera su gira por estos tres países soportada por la firma de acuerdos importantes e impulsamos el desarrollo de la relación, agregando que un acuerdo de este tipo puede hacer frente a la “embestida de la crisis financiera internacional”, porque China y el Mercosur comparten intereses comunes y “tenemos un gran potencial” si se consolida la cooperación sur-sur.

Por si esta situación fuese trivial, los integrantes del bloque intentan resolver la incertidumbre que le provocan sus propios problemas, por ejemplo -la lista de exención de la Tarifa Externa Común–AEC–. El bloque ya aprobó un incremento de la lista para elevar los aranceles de importación de 100 productos, al momento discutirá una segunda ampliación a saber, 100 productos más tal como lo sugiere Brasil, ó 300 más como lo propone Argentina, sin embargo el volumen no es de significación, ya que la Nomenclatura Común del Mercosur –NCM– cuenta con más de 1.400 artículos, no obstante se trata de un paso más hacia el proteccionismo.

Como apreciamos el tablero regional sigue moviéndose, hoy al compás del dragón, la partida para nada está definida.

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