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El nuevo modo

Desaparición del pacto social venezolano

Venezuela cambia de escenario. Del subescenario del “Arrebatón Totalitario Exitoso”, mencionado la semana pasada, pasamos a uno más complejo, por repliegue del anterior y toma de posición en uno de los escenarios base, también mencionados antes. Interesantísimo. Venezuela cambia de escenario. Del subescenario del “Arrebatón Totalitario Exitoso”, mencionado la semana pasada, pasamos a uno más complejo, por repliegue del anterior y toma de posición en uno de los escenarios base, también mencionados antes. Interesantísimo.

Y es que resulta fascinante el análisis prospectivo. Anticipar lo que puede pasar, definiendo diversos escenarios (positivo, negativo e intermedio), para tomar las decisiones apropiadas en el momento que ocurra alguno de ellos, es sin duda, un importante instrumento para la gestión y la acción. Con sus atractivos y dificultades. Pero, utilísimo.

Nuestro último artículo refería los escenarios políticos de base de los últimos años en Venezuela, con énfasis en el “Escenario de Huida Adelante hacia el Totalitarismo”, tomado por el régimen después de su derrota de septiembre. Lo basábamos en lo contenido en nuestro libro, “Venezuela Postchavista. Prospectiva y Política”, en las páginas 45, 46 y 47, para concluir que el camino tomado representaba la presencia de subescenarios cargados de riesgos, incertidumbre y pérdidas.

El discurso presidencial del martes 4, previsiblemente, cambió la situación. La manipulación del discurso (sobre todo, con la conflictiva Ley de Estudios Universitarios) y la reacción inmediata –e irreflexiva- de muchos hizo creer que estábamos en presencia de una rectificación del régimen. Y no es así.

Lo presente es una vuelta, en situación más compleja, al escenario base de “Reacomodo al Centro”, después de una modificación sustancial del cuadro institucional nacional, a favor del proyecto cubanizante del régimen. En opinión de muchos –lo expresábamos en el artículo- al extremo de cambiar el pacto social básico de la Constitución del 1999, en su filosofía, principios, conceptos, derechos, marco, etc.

Lo cierto es que ahora estamos frente a un escenario compuesto, con elementos progresivos de radicalización y movimientos tácticos del régimen, para la disipación de riesgos, incertidumbre y costos sobre la gobernabilidad. Tal como lo dijimos, Chávez no rectificó; sólo se reacomodó.

Para los sectores democráticos, la situación se define de una mayor complejidad (radicalización y reacomodo a la vez) y exigencia, porque obliga a considerar al menos dos tipos distintos de respuestas a la estrategia oficial. Una es la respuesta a las acciones radicales; otra, a las demagógicas, clientelares, populistas, de confusión, etc., para hacer visible el reacomodo.

Pero eso no es todo. Las “condiciones iniciales” cambiaron. Ahora el país está más limitado legal e institucionalmente que en septiembre. La Constitución está, si no muerta, moribunda. El país perdió su carta base. Lo dijeron todas las academias nacionales, en un reciente documento: “en la actualidad en Venezuela no están garantizados los principios fundamentales ni el cumplimiento del Pacto Social del Estado de Derecho y de Justicia de una sociedad democrática y plural”. Eso es un problema mayor.

Ahora, sucede que arranca una nueva Asamblea Nacional, también limitada (y autolimitada, en lo que toca a la oposición); la cual, en las condiciones descritas, más que un ariete hacia lo institucional, lo es hacia lo político. Y eso también obliga al análisis.

Todas las acciones, de distinto tipo, de enfrentamiento del conflicto político nacional, son ahora necesarias. Procesos de enfrentamiento ante tribunales y el TSJ, defensa de los medios, protestas ciudadanas, reclamos laborales y profesionales, gestiones externas, planteamientos firmes a la Fuerza Armada Nacional (para conjurar la violencia de cualquier tipo), etc., son iniciativas necesarias.

Se mueven las universidades y los estudiantes. Los gremios y colegios profesionales reaccionan y toman la iniciativa. La Mesa de la Unidad Democrática amplía sus opciones de lucha. Cobra cuerpo una iniciativa constituyente. La calle apoya a nuestros electos. La sociedad democrática se mueve. Todas las ideas y aportes son bienvenidos.

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